Esta es la historia de María hecha dibujo y poesía.
María ha conseguido vencer a su gran enemigo: el miedo a la muerte.
Y lo ha hecho con esfuerzo, sacrificio y trabajo duro. Aún queda algún que otro fantasma interno, alguno que hasta ella misma aún no puede ver. Pero ya ha librado su miedo a la muerte. Y con amabilidad y generosidad nos regala un dibujo y una poesía que describen ya su fortaleza y su victoria sobre su mayor enemigo.
Espera y esperamos que pueda servir a todos aquellos que viven estos momentos difíciles y de incertidumbre con un gran temor.
María nos enseñen una forma de «convivir» con ella, con la muerte.
Gracias María
Cuando la muerta te acaricia,
y sientes su frío y gélido roce sobre tu brazo,
como si fuera un abrazo,
el último que vas a sentir,
como si ese frío,
te rodeara en forma de brisa,
te hace levantar los brazos,
y te agita el pelo.
Te paraliza,
no te deja sentir,
no te deja recordar,
todo se queda negro
y tú,
te quedas ahí,
observándola,
atemorizada por sus pasos.
Sabes que está ahí,
la estás viendo, pero se va,
solo se ha pasado a saludar,
a que le pongas cara,
a que no la olvides jamás.
Ahora, cuando intento recordar todo lo que dije,
solo veo grises,
solo recuerdo la profundidad de las tinieblas en aquella oscura noche,
y la sensación,
de que esto,
era lo único que no tenía solución,
que no ibas a volver,
a sentir calor,
a abrazar a tu familia,
que tus amigos volverían a recibir ese palo,
y te preguntas,
cómo se recuperarán otra vez,
y que será de ti,
si realmente todo se apagara,
si cerraran el escenario de la vida de tu teatro,
y tú ya solo serás parte de ese viejo atrezo de la obra que alguien
algún día interpretó.
Pero con el tiempo,
la amas,
porque su caricia, te ha hecho reconciliarte con la vida,
que tus sentimientos vuelvan a estar a flor de piel,
y que vivas,
pero que vivas de verdad.
Quiero hacer las paces con ella,
con la muerte,
porque empiezas a entender,
que no ha estado ahí solo el día que la has sentido,
si no que,
te ha acompañado,
y te acompañará siempre,
de la otra mano que la vida,
que es ella quien te enseñará a vivir,
y a cambiar el miedo, por el respeto.
Ahora, me sentaría a hablar con ella en una playa,
a que me contara cuantas cosas nos hemos perdido,
por tan solo pensar en ella.
Ahora, no quiero que sea mi enemiga,
quiero sea mi compañera,
de la que tanto he aprendido,
y con la que estoy aprendiendo a vivir,
para así,
vivir de verdad.
Ahora,
ya no quiero estar triste por lo que será,
si no feliz por lo que es.
Ahora,
Ya no quiero que el miedo me paralice,
si no que me empuje a.
Ahora, ya no quiero que mi me mente me atormente,
si no que sea al arcoíris que se crea bajo la tormenta.
Ahora, ya no quiero escapar,
si no vivir con.
Ahora,
ya no quiero nadar en mitad del remolino,
si no, dejarme llevar.
