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Cómo ayudar a una persona con depresión

Publicado el 18/10/2019
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Por Esther Blanco , última actualización el 22/10/2019
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La depresión es uno de los problemas psicológicos más prevalentes, por depresión no entendemos simplemente un estado de tristeza; sino que cuando decimos que alguien tiene depresión nos referimos a que a menudo esta persona se encuentra decaída, triste, apática y con dificultad para disfrutar de las actividades que anteriormente le resultaban gratificantes.

La depresión, junto con la ansiedad, es uno de los problemas psicológicos más prevalentes, se encuentra dentro de los denominados trastornos del estado de ánimo. Por depresión no entendemos simplemente un estado de tristeza; sino que cuando decimos que alguien tiene depresión nos referimos a que a menudo esta persona se encuentra desanimado, triste, sensación de vacío y sin esperanza.

No resulta infrecuente tampoco que exista dificultad para disfrutar de las actividades que anteriormente le resultaban gratificantes.

El estado depresivo suele ir acompañado de cambios en el apetito (aumento o disminución) lo que lleva asociado igualmente cambios en el peso (ganancia o pérdida).

La persona deprimida puede referirnos enlentecimiento y pérdida de energía que le dificulta el normal desempeño de sus actividades cotidianas.

Se añaden de forma frecuente alteraciones en el sueño con insomnio o bien  aumento de la necesidad de dormir (hipersomnia).

Resulta igualmente frecuente que la persona afectada de depresión vea disminuidas algunas de sus funciones cognitivas básicas como puede ser la concentración, refiriendo que actividades como leer un libro o concentrarse en ver una película le requieren un esfuerzo que anteriormente no necesitaba.

En casos de depresión graves pueden aparecer ideas de muerte con planes de suicidio estructurados, por lo que hay que prestar especial atención a la sensación de desesperanza que muestran estos pacientes ya que la desesperanza añadida al estado de ánimo depresivo puede acabar derivando en intento autolítico.

Causas de la depresión

El motivo por el cual las personas caen en un estado depresivo puede variar, hay personas que se deprimen tras la ocurrencia de un acontecimiento que valoran como adverso o negativo, ante la pérdida de una persona o una actividad que resultaba de importancia para el sujeto.

En otros casos la depresión parece no tener un desencadenante externo conocido y puede estar relacionada más bien con eventos internos (por ejemplo con un exceso de pensamientos negativos acerca de uno mismo, el mundo o el futuro). Sea cual sea el desencadenante de un estado depresivo es importante saber que dicho estado tiene opción de solucionarse recurriendo a psicoterapia.

También la existencia de un entorno social que preste soporte y una ayuda adecuada resulta de utilidad para que la persona deprimida salga de este estado, volviendo a recuperar progresivamente un estado de bienestar y con capacidad para disfrutar en su vida cotidiana.

Qué podemos hacer cuando una persona cercana sufre depresión

Si alguien de nuestro entorno padece depresión, la primera indicación es animarle a que solicite ayuda psicológica ya que hay varias terapias que han demostrado utilidad en el
abordaje de la depresión, como por ejemplo: terapia cognitivo-conductual, psicoterapia interpersonal, activación conductual.

La Psicoterapia orientada por la personalidad es un modelo de psicoterapia que presta atención a los pensamientos, sentimientos y conductas típicos de la persona deprimida, pero además busca las causas por las que una persona ha podido llegar a padecer una depresión o recidiva en los síntomas depresivos. La evaluación de la personalidad y los rasgos que quizás para la persona deprimida han estado pasando desapercibidos pero que están influyendo notablemente en el padecimiento final de la depresión.

 

Algunos consejos para ayudar a una persona con depresión:

Además de orientar a la persona con depresión a la búsqueda de ayuda profesional, podemos llevar a cabo una serie de acciones:

  1. Prestar apoyo a través de la escucha activa y empática. Escuchar parece relativamente sencillo, pero hacerlo de una forma activa y empática supone proporcionar comprensión, amor, valor y apreciación.
  2. Tratar de comprender el punto de vista de la persona y cómo percibe su situación. Muchas veces estaremos tentados a dar consejos a la persona o quitarle importancia a lo que ocurre, pero actuando así no mostramos la actitud de empatía necesaria para ayudarle.
  3. Una dificultad que experimentan algunas personas con depresión es la tendencia al aislamiento social, esto ocurre muchas veces porque la propia persona abandona actividades que la mantenían en contacto con su círculo de relaciones interpersonales; pero también ocurre que el grupo de amistades de la persona suele alejarse de ella por su bajo estado de ánimo que parece contagiar a los demás. Esto no hace sino agravar la situación de la persona deprimida; por tanto resultaría de ayuda seguir invitando a la persona a participar de actividades sociales (reuniones y planes con amigos, familia, etc.) para que no se desconecte de su entorno social.
  4. Además de desconectar o alejarse de situaciones sociales, la persona con depresión suele abandonar actividades que previamente le resultaban gratificantes y esto hace que pierda la oportunidad de experimentar reforzadores que ayuden a mejorar su estado de ánimo. Como una ayuda útil en estos casos está invitar a la persona a que se incorpore a participar en actividades que le resultaban gratificantes, que lo haga poco a poco y reconociéndole la dificultad que tiene hacer esto “sin ganas”. Muchas veces la persona espera tener ganas de hacer cosas antes de implicarse en actividades; pero el objetivo pasa por inicialmente implicarse en actividades pese a la falta de ganas esperando que a medio plazo la implicación en actividades sea lo que traiga las ganas cada vez mayores de retomar todo aquello que la persona ha ido abandonando.
  5. Acompañar en lugar de forzar. Aunque animemos a la persona con depresión nunca debemos decirle: » Si no pones de tu parte, tu depresión no mejorará»
  6. Jamás hacer llegar que la depresión es una cuestión de «fuerza de voluntad». No lo es.
  7. Nunca juzgar a la persona. No utilizar «etiquetas»del tipo: «es que eres…», «tú siempre…», «si tu….»
  8. Y recordad: «ÁNIMO» es lo último que necesita oír una persona con depresión. Si supiese cómo hacerlo, no se encontraría deprimida. Es un deseo vacuo, desconectado de su emoción y superficial. Puede estar lleno de nuestros mejores deseos, pero una persona deprimida no necesita algo así. Es preferible un «siento que te encuentre así. Aquí estoy para lo que necesites».

 

 

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