Las personas que padecen algún tipo de las llamadas enfermedades psicosomáticas sufren a menudo de incomprensión y suelen ser estigmatizadas desde la medicina clásica.
El dolor común a muchos trastornos, la fibromialgia, o cualquier patología llamada psicosomática no nace, se va construyendo. No está determinada genéticamente sino que es nuestra personalidad, nuestra forma particular de ver y sentir acerca del mundo quien a lo largo de los años tiene capacidad para influir sobre la homeostasis de nuestro organismo para producir enfermedad.
Es posible influir en nuestro organismo. Los problemas psicosomáticos tienen solución.
Desconfiamos de explicaciones que reducen los problemas a estructuras cerebrales y/o genéticas que cronifican al paciente.
Sabemos que los factores de personalidad intervienen en la regulación emocional y la modulación del dolor.
Comprendemos que la desregulación de la emoción puede afectar a la salud física alterando el funcionamiento fisiológico.
Ofrecemos al paciente los conocimientos necesarios sobre aquellos factores de su personalidad que le llevaron al proceso de enfermedad.
Intervenimos sobre las emociones causantes del desarrollo de la enfermedad y responsables de su mantenimiento.
Actuamos directamente sobre el causante último del malestar físico.
Entendemos el síntoma psicosomático como la punta de un iceberg más complejo.
Enfocamos nuestro tratamiento aceptando la presencia de un “cerebro equivocado”, no solo en haber ocasionado el daño sino en la percepción de la experiencia de dolor.
Averiguamos el motivo por el que determinadas estructuras se activan dando lugar a enfermedad y dolor.
Acompañamos al paciente para que sea posible por él mismo un cambio de enfoque donde toma responsabilidad en su proceso de salud.
Cuando incluimos el factor “psicológico” en un proceso de enfermedad o dolor, en ningún caso estamos hablando de invención o exageración de síntomas por parte del paciente
El miedo al estigma psiquiátrico ha alejado a muchas personas de solicitar ayuda psicológica.
En ocasiones no existen hallazgos objetivos ni pruebas de laboratorio que de cuenta de los síntomas subjetivos del paciente. Pero, en otras ocasiones el dolor sí puede determinarse por electroneurofisiología, hay hallazgos a través de resonancia magnética nuclear, pueden medirse los neurotrasmisores alterados, hay trastornos neuroendocrinos y cambios en la pruebas serológicas.
El paciente padece síntomas sean estos cuantificables o solo reportados por el paciente. La enfermedad y el dolor son reales.
La investigación más actual nos informa de la íntima relación entre:
Sistema psíquico, el nervioso, dado por los neurotrasmisores, neuromediadores y neuromuduladores
Sistema inmunológico, dado por las interleuquinas e inmunomediadores
Sistema endocrino dado por las hormonas y péptidos.
Todos los sistemas se comunican entre sí, son capaces a relacionarse los unos con los otros en un funcionamiento armónico dentro de un contexto determinado para cada ser humano.
Se trata de un sistema: PSICO-NEURO-INMUNO-ENDOCRINO
En la actualidad sabemos con certeza que la regulación emocional del individuo influye sobre el sistema físico, así cómo el daño físico influye en nuestras emociones.
La enfermedad psicosomática es una ruptura de ese sistema en alguno de los puntos del sistema, quizás el más vulnerable para esa persona.
En el oído: acúfenos, hiperacusia, sordera aguda, trastornos de audición psicógenos, sordera, vértigo
En la nariz: rinitis recidivante o crónica
En la faringe: globo faringe-laríngeo, disfagia, fagofobia
En la laringe: disfonía y afonía psicógenas, laringismos
En la piel: psoriasis, vitíligo.
Articulación temporomandibular: bruxismo, trastornos temporomandibulares
Dispepsia funcional
Cefalea
Intestino Irritable
Enfermedad de Crohn
Síndrome de Fatiga Crónica
Sensibilidad química múltiple
En la Clínica Persum seguimos una hipótesis Psico-neuro-inmuno-endocrinológica de la Fibromilagia. Entendemos que la fibromialgia es un desequilibrio en dicho sistema que produce una amalgama de síntomas provenientes de cada una de las partes que lo componen. El sistema no tiene la capacidad para recuperarse y volver al equilibrio.
Nuestra metodología atiende a la faceta psicológica como clave para la resolución del síndrome.
Hoy sabemos un dato importante: si existen intervenciones médicas con resultados prometedores se debe a la variable más humana. El determinante no ha sido el tratamiento médico sino el acompañamiento del facultativo, con capacidad para establecer un vínculo seguro, a través del que el paciente es conducido hasta su autocuración.
Al igual que sabemos que las intervenciones únicamente desde la medicina es ineficaz para tratar este tipo de enfermedades, también sabemos que no todos los tratamientos psicológicos son una opción válida para el tratamiento de la enfermedad psicosomática.
Es posible revertir el proceso de enfermedad y recuperar la salud. Es posible influir en nuestro organismo.
Una intervención eficaz se distingue por tomar en consideración la personalidad del paciente. Nuestras emociones y nuestra forma de ver el mundo han contribuido al proceso de enfermedad. Han desequilibrado nuestro sistema psico-neuro-inmuno-endocrino y hemos enfermado.
Estamos especializados en el estudio de los factores de la personalidad implicados en el desarrollo de patología psicosomática y dolor. Sabremos llevarle a la recuperación de su salud.
Solicita una cita o cuéntanos en qué podemos ayudarte.
Te atenderemos lo antes posible.