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Cómo ayudar a una persona con depresión que no quiere ayuda

Publicado el 15/02/2023
en .
Por Esther Blanco , última actualización el 16/02/2023
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Ayudar a una persona con depresión

Ofrecer nuestra ayuda, una y otra vez, a alguien que no para de rechazarla es una
experiencia frustrante que rápidamente puede empujarnos a fuertes sentimientos de
resentimiento o, por el contrario, puede afectarnos personalmente hasta el punto de
perdernos en el problema de la persona.

Imagina, por un instante, que te encuentras en un duelo de tira y afloja con esa
otra persona que no quiere aceptar tu ayuda. Tú tiras y tiras, pero no te mueves un ápice
de donde estabas originalmente y, sobre todo, te vas encontrando cada vez más cansado,
cada vez más derrotado. La otra persona, sin embargo, va ganando más y más fuerza
conforme tus intentos de ayudarla la van volviendo cada vez más terca, cada vez menos
proclive a cambiar. En definitiva, cada vez te cansas más de ayudar mientras que la otra
persona cada vez te rechaza más.

Es un círculo vicioso que, como ya se ha dicho, puede generarnos intensos sentimientos de rencor y rechazo o de pena y abatimiento.

Sin embargo, ¿Qué se puede hacer para ayudar a una persona con depresión que no quiere ser ayudada?

Entender la depresión.

La depresión está en boca de todos hoy en día. Puede ser que alguien que
conozcamos esté pasando por una o que nosotros mismos nos hayamos visto afectados
por alguna. Sea como sea, ya sea en nuestras vidas, en la televisión o en las redes
sociales, la depresión es una de los trastornos más comunes y más conocidos.

En resumen, se define por dos pilares fundamentales:

  1. Un sentimiento insoportable de tristeza.
  2. Una pérdida de interés por las cosas que antes disfrutábamos, llamada anhedonia.

Asimismo, puede verse acompañada de un enlentecimiento en el comportamiento y en el pensamiento, irritabilidad, una pérdida de energía, una falta de autoestima, sentimientos de culpa, insomnio o hipersomnia….

Sin embargo, conocer esto no implica entender la depresión.

¿Qué le ocurre realmente a esa persona que no quiere ayuda? ¿Qué se encuentra
detrás de la depresión que lo está tumbando?

De forma general, las depresiones no ocurren en el vacío, sino que se ven generadas en la historia vital de la persona.
Quizás haya sufrido alguna pérdida importante. A lo mejor ha fallecido recientemente algún ser querido; quizás haya perdido el trabajo o una importante suma de dinero; quizás haya sufrido algún problema familiar… En estos casos, la depresión pudiera haber venido producida por uno o varios eventos concretos, fácilmente destacables.

Por otro lado, es posible que la depresión se haya desarrollado con el paso del
tiempo. Quizás haya tenido una infancia complicada que resuene más tarde en su vida
en la forma de una depresión; quizás tenga una forma de ser que le empuje al
catastrofismo y al hundimiento cuando le ocurran cosas malas o quizás se encuentre en un momento vital que, poco a poco, le haya hecho perder la ilusión y el disfrute por la
vida.

Entender de dónde puede provenir la depresión en la que se encuentra la persona
es un primer paso a entender a la persona en sí y poder ver vías de cómo ayudar.

Entender por qué no quiere ayuda una persona con depresión.

A menudo, las personas que están pasando por una depresión tienden a
experimentar fuertes sentimientos de culpa; se sienten como una carga o creen que lo
que les está pasando es un castigo que se merecen por sus errores o por lo que han
hecho en el pasado.

Otras personas, por otro lado, quizá no crean que haya ayuda posible que pueda hacer que se encuentren mejor o, incluso, es posible que crean que no la necesitan, que pueden salir del paso ellos mismos.

Sea como sea, es útil comprender qué se encuentra detrás de ese rechazo
constante a cualquier clase de ayuda. De esta manera, se puede cambiar la manera de
acercarse a la persona, de proporcionarle ayuda.

¿Qué puedo hacer, entonces?

Incluso si las razones son diferentes, lo más eficaz que se puede llevar a cabo es
acercarse a la persona desde el cariño, desde el apoyo, desde la paciencia y desde la
compasión, siempre dejando abierta una puerta a la búsqueda conjunta de ayuda
profesional o a la puesta en marcha en conjunto de pequeños cambios en su vida.
Si rechaza la ayuda porque no se crea merecedor de ella, esta postura puede que,
poco a poco, rompa esa culpa y abra a la persona a una posible búsqueda de cambio.
Si creen que nadie puede ayudarles, bien porque no haya ayuda posible o porque
ellos mismos pueden mejorar, la cuestión se vuelve un poco más complicada. La
paciencia se volvería, entonces, algo crucial, pues es posible que romper esa idea lleve
más tiempo del deseado.

En resumen, ¿cómo ayudar a quien no quiere ser ayudado?

Ayudar a quien no quiere ser ayudado tiene un importante impacto tanto en la
persona que quiere ayudar como en la persona que no quiere ser ayudada.
En uno, se generan sentimientos de impotencia, resentimiento, pena, rabia… En
el otro, se crea una frustración que podría alejar cada vez más a la persona de la
búsqueda verdadera de ayuda.

En estos casos, lo único que se puede hacer es ser compasivo. Mostrar paciencia,
ofrecer apoyo y ser atento con los problemas de la persona, siempre y cuando esto no
suponga un desgaste significativo para el que ayuda. Siempre con la puerta abierta a
buscar ayuda o a ofrecer una mano cuando la persona se encuentre preparada para
luchar por cambiar.

A veces, lo único que se puede hacer es estar ahí.

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