Cuando nos ocurre un hecho negativo pensaremos que hechos o situaciones parecidas también serán negativas.
Imagínese un estudiante que acaba de suspender un examen y piensa «nunca aprobaré ningún examen más en toda la carrera» o alguien rompe con su novia y piensa «nunca más podré salir con una chica» o a alguien le rechazan después de una entrevista de trabajo y piensa «nunca voy a tener un trabajo».
Todos estos pensamientos son distorsionados e irreales. No están basados en evidencias de la realidad pero pensar así es suficiente para sentirnos mal y tener síntomas depresivos.
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