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Los expertos de Clínica Persum abordan los trastornos de la alimentación en LNE

Publicado el 22/12/2022
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Por RP@Persum , última actualización el 30/12/2022
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Esther Blanco y Andrés Calvo, directores de la Clínica Persum, especializada en psicoterapia y personalidad, hablaron en el especial Salud del diario La Nueva España sobre un tema tan importante hoy día como son los trastornos de la alimentación y los problemas con la comida.

Ambos expertos llamaron la atención sobre algunos síntomas o señales de alarma que pueden indicar que una persona padece algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), como bulimia o anorexia: miedo a engordar o a mostrar su cuerpo, inicio de dietas a edad muy temprana, obsesión con la pérdida de peso, hiperactividad, intentos constantes por aislarse para comer a solas…

Se trata de patologías graves que se inician de los 13 a los 18 años, principalmente en mujeres, y con grandes repercusiones a largo plazo si no se abordan a tiempo. No olvidemos -señalan- que un 25% de los casos acaban volviéndose crónicos, y entre un 5% y un 18% de estos pacientes acaban muriendo por inanición, o por suicidio.

Anorexia y Bulimia

A continuación el artículo completo:

Los trastornos de alimentación, mucho más que un problema con la comida.

Los trastornos de la conducta de alimentación son patologías graves que afectan principalmente a mujeres. Su inicio se sitúa entre los 13 y los 18 años con una tasa de prevalencia de 2,51 % de la población. De larga evolución y con gran repercusión personal y familiar. De costoso tratamiento si el diagnóstico se hace de forma tardía:

Hoy sabemos que un 25% llegará a una recuperación completa, un 50% disfrutará de un funcionamiento razonablemente mejor, pero un 25% se cronificará y un 5-18% morirá por inanición o suicidio.  De forma concomitante suelen presentar depresión, ansiedad, trastornos del control de impulsos, adicciones, trastornos obsesivos y fobia social.

La anorexia y la bulimia se presentan como trastornos de la ingesta, aunque mejor podrían ser denominados trastornos de la regulación emocional: sentirse mejor, llenar el vacío, dar un “sentido a la vida”, equilibrar la maltrecha estima, disminuir la vulnerabilidad, salir del dolor emocional de no saberse entendida, ejercer un mayor dominio sobre las emociones y sus vidas, complacer a los suyos y alcanzar la perfección. La alternativa para alcanzarla pasa por ejercer un poderoso CONTROL sobre la alimentación, siendo el cuerpo el medio para demostrarlo. En vías de ser conseguido por la paciente anoréxica y anhelado pero con dificultades impulsivas por la paciente bulímica, el control sobre la comida se convierte en una forma de vida.

Si bien es cierto que existen factores socio-culturales como la importancia de la delgadez y el ejercicio físico, asociado a cierto estereotipo de éxito femenino, progresiva exhibición del cuerpo como modo de relacionarse, presión de la industria alrededor del fenómeno de la delgadez con la venta de productos light, cosméticos, dietas y cierta satanización de la obesidad aludiendo a razones médico sanitarias que se confunden con el rechazo social al sobrepeso en la sociedad actual; se trataría de una patología de etiología multifactorial donde los factores hereditarios actuarían como factor predisponente, pero serán los factores  psicológicos los disparadores últimos en la patología del trastorno de alimentación.

El perfil del paciente con anorexia sería una joven con características de introversión, perfeccionismo, alta persistencia y rigidez.  Adolescentes evitativas, incluso fóbicas sociales y obsesivas, muy responsables, eficaces en sus estudios, con ciertas dificultades para las relaciones sociales y con tendencia a la ansiedad y al control de las emociones. Provienen de familias muy rígidas, estructuradas y con alto valor por el estudio, la supresión del mundo emocional en beneficio del racional. Alto control sobre los miembros de la familia y mayores rasgos narcisistas.

El fenómeno de la bulimia y la llamada anorexia-purgativa, ocurren principalmente en jóvenes con características diferenciadas de las anteriores: extroversión y mayor impulsividad, inestabilidad emocional, agresividad, hostilidad, resentimiento, déficit de autoidentidad, cambios anímicos intensos, reactivas, con intensos sentimientos de vacío, egocentrismo, apatía y fenómenos distímicos.

La correlación entre la patología bulímica y el trastorno límite de la personalidad TLP es frecuente y cursa con mayor impulsividad, disregulación afectiva, intentos autolíticos e ideación suicida. Siendo en este caso frecuentes los períodos caracterizados por conductas anoréxicas con otros de corte bulímico, donde la restricción, los atracones, purgas, abuso de laxantes y ejercicio excesivo e intermitente son lo habitual.

En la adolescencia los trastornos de alimentación son más comunes que en cualquier otra etapa de la vida y suponen una gran preocupación para los progenitores interesados siempre por conocer las primeras señales de alarma.

Las conductas alrededor de la mesa son las que pueden resultar más evidentes:

  • Miedo a engordar
  • Inicio precoz de dietas
  • Deseos constantes por perder peso
  • Evitación de situaciones sociales en las que se exponga la corporalidad e intentos constantes por comer a solas
  • Insatisfacción corporal
  • Sentimientos de baja autoestima
  • Hiperactividad
  • Ejercicio compulsivo
  • Inicios precoces de distorsión de la imagen corporal.

Sin embargo, más allá de lo evidente, será la familia quien debe estar atenta a su propio funcionamiento. En primer lugar, tomando en consideración la alta heredabilidad del trastorno.

Y en segundo lugar examinando los propios comportamientos puesto que, aunque no existe una familia “prototipo” alrededor de la mesa, sí existen diferentes factores a tomar en consideración:

  • Sobreprotección
  • Rigidez
  • Evitación del conflicto
  • Aislamiento
  • Preocupación por las apariencias
  • Perfeccionismo
  • Alto grado de competitividad y tendencia negadora de los problemas emocionales.
  • Presión por mantener un ideal de familia que incluye los aspectos físicos y alimenticios.

Aunque la recuperación nutricional hace desaparecer la mayoría de las complicaciones físicas, serán las intervenciones psicológicas individuales, grupales y familiares las que lleven a medio o largo plazo a la recuperación definitiva del paciente.

Accede al artículo completo en el periódico digital, aquí >>> https://www.lne.es/salud/aniversario-salud/2022/12/16/trastornos-alimentacion-problema-comida-79882375.html

 

 

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