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Cómo se comporta una persona con Trastorno Narcisista de la Personalidad

Publicado el 29/08/2023
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Por RP@Persum , última actualización el 29/08/2023
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Cómo se comporta una persona con Trastorno Narcisista de la Personalidad

El tema principal en el Trastorno Narcisista de la Personalidad es una alternancia entre la altivez, la arrogancia, el sentimiento de grandiosidad por un lado; y el vacío, la fragilidad y la debilidad por el otro. Si bien cada caso concreto tenderá a mostrar o sentir más una u otra faceta, hay una serie de estados mentales que ayudan a comprender las oscilaciones que se dan entre estos dos polos.

Estados mentales en el Trastorno Narcisista de la Personalidad

El estado grandioso

Aquí, como es más popularmente conocido en el estereotipo, los aspectos predominantes son la superioridad, la autosuficiencia, el elitismo, el poder sobre los otros, etc. Las emociones que acompañan a este estado están relacionadas con la euforia y el vigor, pero también puede darse una sensación de distanciamiento con respecto al resto del mundo. Es el estado más congruente con el sentir narcisista y el más cómodo de todos, pues no solo no se sufre, sino que se vive de forma placentera.

El estado depresivo/aterrorizado

En este estado es donde emergen las sensaciones de rechazo, de derrota, de sentirse fuera (y ya no por encima) del grupo, una baja imagen de sí mismo, hipocondría, e incluso cierta paranoia con respecto a la venganza de los demás hacia él. Va acompañado de emociones de vergüenza, miedo, vulnerabilidad y pérdida.

Es frecuente que este estado se encuentre disociado debido a la dificultad para acceder a emociones negativas y la incapacidad de permitirse sentirlas, y puede emerger ante un rechazo real o una pérdida de algo a lo que el paciente concedía importancia.

El estado de vacío desvitalizado

Cuando el paciente narcisista entra en este estado, la experiencia emocional se entumece, tanto la agradable como la aversiva. Hay una desconexión con respecto al resto de personas y también de su propia experiencia interna. La realidad pierde vivacidad y la autoestima deja de fluctuar: el paciente se ha retraído a su torre de marfil. Inicialmente se siente confortable, pero cuando el estado se prolonga, el aburrimiento y el vacío se vuelven más molestos y emerge una cierta necesidad de recuperar la vitalidad y la conexión con el mundo y las demás personas, que a su vez es difícil de reconocer.

El estado de transición

Este estado aparece cuando hay una cierta consciencia de que los cimientos sobre los que se erige su autoestima se tambalean (de una forma menos definitiva que en el estado depresivo/aterrorizado). La emoción predominante es la rabia, y las reacciones principales serán la exteriorización de la culpa, el trabajo compulsivo, la seducción del otro, el consumo de drogas, etc. En definitiva, cualquier forma de logro o estado que permita soterrar la sensación incipiente de debilidad.

Ciclos interpersonales en el Trastorno Narcisista de la Personalidad

Partiendo de estos estados mentales, las relaciones con los demás estarán marcadas por la idealización, la competición y la evitación aversiva de la cercanía y la dependencia.Estos son los ciclos interpersonales:

Ciclo del reflejo especular

El paciente parte de una expectativa de admiración por parte de su interlocutor. En caso de que se dé, el intercambio será plácido y la persona narcisista será benevolente desde su altivez. Esto, a su vez, hace que la otra persona tenga una mejor disposición a continuar admirando e idealizando al narcisista (es una dinámica común en personas con rasgos dependientes).

Esto cambia cuando el otro deja de admirar, crítica, o expresa sus propias necesidades de admiración al narcisista tras advertir la asimetría. Entonces, el paciente se sentirá traicionado; y, si bien los sentimientos de humillación y vulnerabilidad permanecen bajo el radar, lo que sí va a emerger es la rabia hacia el otro, incapaz de valorar sus cualidades.

La manifestación de esta rabia puede tener dos posibles resultados: o bien el otro lamenta haber sido tan osado y vuelve a someterse para apaciguar el conflicto mientras que el narcisista recupera su estatus en la relación, o bien hay una escalada en la disputa y la relación termina estallando o distanciándose. En cualquiera de los dos casos, la relación tiene difícil arreglo.

Ciclo de la idealización

En este caso, el otro posee ciertas características que el paciente narcisista admira y desearía integrar a su vida. Inicialmente, la otra persona puede sentirse halagada, pero pronto tendrá que pagar el peaje de devolver esa admiración inicialmente invertida.

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