«Una forma más amable de relacionarse con uno mismo»
Cualquier persona interesada en aumentar su autoestima, establecer una mejor relación con uno mismo, disminuir la autocrítica y la sensación de incompetencia.
Conseguir una relación más amable y gratificante con los demás. Establecer una vinculación con otras personas presidida por la generosidad y el afecto genuino.
Después de cada sesión se entregará a los participantes una grabación en audio de su sesión de Mindfulness y una copia del material presentado.
Instalaciones de la Clínica Persum en la Calle Uría 18 3º derecha de Oviedo (Asturias)
Mindfulness, también llamado Conciencia Plena, es un entrenamiento mental que se basa en la meditación. Se realizan ejercicios cuyo objetivo es entrenar la atención y ampliar la consciencia. Formando parte de la práctica del Mindfulness, se aplica el concepto de compasión. Cuando ejercemos la compasión, COMpartimos la PASIÓN. Esto significa que formamos parte del mismo sufrimiento, sin mirarlo desde fuera. No somos superiores ni diferentes del ser que sufre, sino iguales. Entendemos que el sufrimiento es universal, de todos, no único o personal.
En nuestra cultura española, de raíces cristianas, el concepto de compasión tiene un significado parecido a conmiseración, piedad o lástima. Se asume una posición asimétrica entre quien ejerce la compasión y quien la recibe. Una persona sufre y la persona compasiva, que no sufre, se compadece de ella. Sin embargo, nuestra concepción de la compasión es distinta.
Adoptando este punto de vista, florece un interés genuino por los demás. No sólo sentimos lástima por su situación, sino que compartimos su dolor y, de este modo, también deseamos que su sufrimiento desaparezca, porque supondrá el fin de nuestro propio sufrimiento también. Deseamos genuinamente que la persona que sufre mejore su situación.
Siguiendo con el mismo modelo conceptual, en Mindfulness sentir autocompasión no significa autoconmiseración o autoindulgencia. No se trata de compadecerse de uno mismo, de sucumbir a nuestros pueriles caprichos, ni tampoco de dejarse arrastrar por una actitud de queja constante. Tampoco se pretende adoptar una actitud compungida con la cual dar lástima a los demás. Lo que se persigue es brindarnos a nosotros mismos una mirada más amable y tolerante, una mirada afectuosa y teñida de la firme intención de mejorar.
Ejercer la autocompasión supone aceptarnos a nosotros mismos incondicionalmente, como hace una madre ideal con sus hijos, con nuestras virtudes y también con nuestros defectos. Supone no ser nuestra propia fuente de rechazo. Supone desterrar esa voz interior, autoritaria, despiadada y crítica, que suele acompañarnos toda la vida y que no es nuestra realmente, porque la hemos introyectado de personas que han sido o que son demasiado duras con nosotros (padres, amigos, profesores, ideales sociales…). Se trata de desearnos a nosotros mismos, de forma genuina y compasiva, paz, tranquilidad y satisfacción vital.
Por “apego” entendemos la naturaleza del vínculo que un niño genera con su cuidador de referencia, normalmente la madre. El “apego seguro” lo experimentan las personas que tuvieron la suerte de recibir un cuidado infantil adecuado, donde sus emociones fueron comprendidas, respetadas y se les enseñó a manejarlas de forma adaptativa. Estas personas desarrollan gran confianza en sí mismos y en los otros. En consecuencia, se sienten muy a gusto consigo mismos y también con los demás. Son personas autónomas que, sin embargo, saben solicitar ayuda y recibirla de buen grado. Al mismo tiempo, también proporcionan ayuda de manera eficaz cuando se les requiere.
Otros estilos de apego son menos afortunados. El apego puede ser: inseguro, evitativo, temeroso, preocupado, ambivalente, desorganizado, irresoluto… Los estilos de apego no seguros suelen generar problemas de todo tipo y sufrimiento psicológico. A través de los ejercicios de compasión podemos aprender a identificar nuestro estilo de apego, a comprenderlo y a modificarlo hacia un estilo de apego seguro, el cual nos facilitará la convivencia tanto con nosotros mismos como con los demás.
Mindfulness y compasión