PERSUM Clínica de Psicoterapia y Personalidad
Calle Uria, 18, 3º derecha, 33003 Oviedo, Asturias (ESPAÑA)
Inicio > Actualidad > El sentido de la vida
Actualidad

El sentido de la vida

Publicado el 07/11/2022
en .
Por Esther Blanco , última actualización el 07/11/2022
Compartir:

El enfoque existencial en psicoterapia es un enfoque fenomenológico que da
importancia a la experiencia subjetiva del individuo y aplica cuestiones filosóficas a los
problemas que se traen a la consulta terapéutica.

Una de las cuestiones filosóficas que explora este enfoque es el sentido de la vida, es
decir, la fuerza motivacional fundamental del ser humano. Una vida con sentido
implica la presencia de unos valores que ofrecen una dirección valiosa hacia la que
dirigirse. La presencia de estos valores permite desarrollar un proyecto de vida y una
forma de actuar coherente con aquello que es realmente importante y valioso para
uno mismo. De esta forma, percibir que la vida tiene sentido es parte de un proceso de autorrealización personal.

La falta de sentido en la vida

La falta de un sentido en la vida se aprecia cuando no hay una clarificación sobre lo
que es realmente valioso en la vida de un individuo, o cuando el proyecto vital de una
persona y su forma de actuar en los diferentes contextos de su vida no están alineados
que lo que es realmente significativo para sí mismo.
Una señal de la ausencia de sentido en la vida de una persona es el malestar
psicológico que lo acompaña. Actualmente, la mayoría de los pacientes que acuden a
consulta psicológica hacen referencia a su malestar psicológico en términos de
síntomas relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad.

Sin embargo, la cuestión del sentido de la vida entra de lleno en la conversación terapéutica.

¿Qué dice la investigación sobre su relación con la salud mental?

La falta de sentido ha despertado interés en el campo de la investigación científica, lo
que ha permitido establecer relaciones entre la falta de sentido y los síntomas
asociados al estrés, la ansiedad, la depresión, las adicciones, los trastornos de la
conducta alimentaria, las disfunciones sexuales y la conducta suicida, entre otros.

Por otra parte, se ha demostrado que una mayor percepción de sentido está relacionada
con mayores niveles de resiliencia, de crecimiento postraumático y de satisfacción con
la vida.

¿Cuándo actuar de forma preventiva?

Las relaciones descritas no implican que la falta de sentido necesariamente se exprese
en forma de malestar psicológico clínicamente significativo, ni que en la base de toda
psicopatología se halle una falta de sentido vital. Sin embargo, no está de más recordar
las palabras de Frankl, fundador de la tercera escuela vienesa de psicoterapia y de la
terapia centrada en el sentido, cuando dijo que

cuando hay un vacío existencial, los síntomas se apresuran en llenarlo.

Frankl además, señaló como antes manifestarse en forma de un malestar psicológico
clínicamente significativo, la ausencia de sentido vital se expresa mediante un
desenganche de las experiencias cotidianas, a través del aburrimientofalta de
interés por el mundo— y de la apatíafalta de iniciativa para hacer algo o cambiar alguna cosa en el mundo. Por tanto, el aburrimiento y la apatía podrían ser
interpretados como señales de incubación de un cuadro clínico de malestar psicológico.

¿Cómo cultivar una vida con sentido?

Una forma de cultivar el sentido de la vida es revisando y estableciendo aquellas
formas de actuar que son valiosas para uno mismo y actuando en línea con ellas. Esto
podría implicar abandonar formas de actuar basadas en mecanismos de defensa
protectores cuando estos alejan a uno de aquello que considera valioso en la vida.

En línea con esto, realizar un proceso terapéutico puede ser un proceso clarificador de los propios valores y puede contribuir a alcanzar una mayor coherencia entre lo que se
considera valioso y la forma de actuar y desenvolverse en las diferentes áreas de la
vida, incluido el desarrollo del proyecto vital.

Aportaciones de Viktor Frankl

Para Frankl hay tres tipos de valores que se pueden cultivar para aumentar la
percepción de un sentido en la vida:

1. Los valores creadores. Estos valores consisten en dar lo mejor de uno mismo en las acciones que se llevan a cabo para mejorar la experiencia vital de otras personas o de
algún aspecto del mundo. Algunas formas en las que esto puede llevarse a cabo
incluyen dar lo mejor de uno mismo en las tareas que se realizan en el trabajo, así
como en las relaciones interpersonales y en las contribuciones a la propia comunidad.

2. Los valores vivenciales. Estos valores consisten en apreciar las pequeñas vivencias
que se presentan en el día a día. Para desarrollar esta capacidad de apreciación puede ser beneficioso llevar a cabo ciertas prácticas, como ejercicios de mindfulness, en los que se practica la conciencia plena del momento presente. También puede ser
beneficioso escribir un logodiario, en el que se escribe al final de cada día la
experiencia más significativa del día.

3. Los valores actitudinales. Estos hacen referencia a las posturas que adoptamos a la hora de enfrentarnos a las diferentes situaciones que depara la vida. Consisten en
adoptar una actitud de esperanza ante las situaciones de sufrimiento inevitable que
ocurren con el devenir de la vida, como puede ser la pérdida de un ser querido, la
perdida de la propia salud o un enamoramiento con un desenlace doloroso.

Cualquier situación que cause un sufrimiento inevitable se puede enfrentar de dos maneras:

  • Preguntándole a la vida el porqué de esta situación, o
  • Preguntándose que es lo que la vida espera de uno mismo ante esa situación.

Según Frankl, la segunda pregunta es la que contribuye a cultivar los valores actitudinales.

Aportaciones de Ramón Rosal

Para Rosal, algunos de los valores actitudinales cuyo cultivo puede llevar a
experimentar una vida con mayor significado incluyen:

La serenidad, como capacidad de mantener un estado de serenidad interno, incluso
cuando las circunstancias son adversas, sin volverse una persona apática ante tal
situación.
La apertura a la experiencia, implicando la capacidad para vivir nuevas experiencias, adquirir nuevos conocimientos, revisar las propias convicciones y actitudes con disposición de cambio.

El deseo de superación, como actitud en la que se tiene presente que el proceso de
autorrealización personal es un recorrido que nunca se acaba.

La aceptación de los límites, como la capacidad de saber, reconocer y aceptar las
limitaciones propias, de otros y de las instituciones. Estas pueden incluir limitaciones
físicas, afectivas, cognitivas, éticas, económicas, respecto al logro de proyectos, etc.

El arte del ocio humanizador, siendo esta la capacidad para saber y lograr vivir el
tiempo libre de forma saludable y humanizadora.

Bibliografía

García-Haro, J., García-Pascual, H., y González, M. G. (2018). Cuando se deja de hacer
pie. Notas sobre cultura moderna, crisis de sentido vital y psicopatología. Revista de
Psicoterapia, 29(109), 147-167. DOI: https://doi.org/10.33898/rdp.v29i109.229.

García-Haro, J., García-Pascual, H., & González, M. G. (2018). Cuando los síntomas no dejan ver el sentido. Viaje existencial al centro de la psicoterapia. Revista de
Psicoterapia, 29(109), 39-67. DOI: 10.33898/rdp.v29i109.227

Frankl, V. (1946). El hombre en busca de sentido. Herder.

Frankl, V. (1987). El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia.
Herder.

Rosal, R. (2013) Valores éticos o fuerzas que dan sentido a la vida: qué son y quienes lo
vivieron. Milenio.

 

 

Compartir:
Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial