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Entrevista a Esther Blanco en La Nueva España. La memoria emocional

Publicado el 21/02/2022
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Por Esther Blanco , última actualización el 21/02/2022
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El día 17 de Diciembre Esther Blanco García, directora de la Clínica Persum es entrevistada en el suplemento Salud de La Nueva España, en su edición impresa.

En esta ocasión, Esther Blanco nos habla sobre la memoria emocional y sus implicaciones en la Psicoterapia.

 

 

Los recuerdos no son compartimentos estanco o fotos fijas del pasado sino que los recuerdos son bastante poco fiables puesto que cada vez que recordamos algo, en realidad lo estamos sobreescribiendo. La memoria es un proceso plástico donde con cada evocación habría un borramiento de la memoria original. Dicho de otra forma, recordar es una forma de olvidar lo que realmente sucedió y sustituido con una secuencia de hechos congruentes con nuestra concepción del mundo en el momento de la evocación.

A través de un olor como el de una biblioteca antigua, y dado nuestro momento presente de interés y gusto por la lectura somos capaces a evocar memorias de nuestra infancia por ejemplo aquella pequeña biblioteca hecha en una caseta de obra, a la cual habría que subir dando unos importantes saltos con nuestras pequeñas piernas y una señora mayor con vestido oscuro que se encuentra en aquel pueblo que ahora recordamos y que nos lanza a ciertas experiencias vividas en él. Este proceso lleno de emociones hará que recordemos unos momentos y no otros que al ser recuperados serán sobreescritos una y otra vez.

Pero,¿por qué unos recuerdos y no otros? La memoria a largo plazo es indeterminada y deja atrás viejas ideas de ubicación concreta dentro de nuestro cerebro que nos haría pensar en un recuerdo fijado como algo estanco en un lugar determinado. Si fuese así, siempre recordaríamos lo mismo de la misma forma. Pero cada vez que recordamos un hecho, este se transforma y aparecen nuevos datos, congruentes siempre con nuestra historia, biografía y emoción presente. El olor a biblioteca siempre traería el mismo recuerdo y esto no es cómo solemos vivenciarlo.

Lo que hoy sabemos es que los recuerdos se encuentran alejados del cuerpo neuronal, en su extremo distal, unido a otros cuerpo distales de otras neuronas. Utilizando la metáfora de un árbol diríamos que los recuerdos se encuentran entre las ramas de los árboles y no en el tronco. La neurona dispone pues de un mecanismo  que modificase cada recuerdo una vez evocado. Se trataría pues de los mensajeros llamados proteínas con capacidad para inducir nuevas memorias. La proteína es pues un marcador de dendritas que deja constancia de dónde hay un recuerdo y que puede activarse o no hacerlo. A día de hoy no sabemos por qué un recuerdo se activa y otros no , pero lo que sí sabemos con claridad es que la activación de determinados recuerdos responde a la necesidad del individuo de encajar lo viejo con lo nuevo.

Así , nuestros recuerdos siempre encajan con lo que pensamos hoy.

Las células nerviosas se comunican entre sí a través de un punto de contacto entre sí llamado sinapsis. Cuando se produce un aprendizaje la fuerza de ese contacto es mayor. Este es el proceso de memoria. Nuevas conexiones sinápticas transforman un recuerdo puntual en un recuerdo a largo plazo. Ahora bien, ¿por qué se fijó ese recuerdo y no otro? Yo debí ir a michas bibliotecas, pero recuerdo una sobre todas las demás. El recuerdo se crea y se conserva cuando está codificado con todos los sentidos que se pusieron en marcha al mismo tiempo en aquel lugar.

La emoción es un marcador que añade pegamento. Es un fijador del recuerdo que hace posible su recuerdo posterior.

La emoción organiza la percepción, los pensamientos, la memoria, la fisiología, la conducta y la interacción social. Cuando una persona tiene miedo, es más fácil que codifique los estímulos como temibles o tranquilizantes, que asocie el recuerdo de situaciones peligrosas, que tenga pensamientos intimidantes y reacciones fisiológicas de alerta.

Somos animales intentando sobrevivir, la memoria de un hecho ha de ser codificada emocionalmente para así marcar aquello que es susceptible de ofrecer seguridad o por el contrario aterrorizar para mantenernos con vida. Las emociones quedan codificadas a través de lo propioceptivo(sensibilidad alojada en los tejidos musculares,  articulares), lo sensorial ( órganos de los sentidos) y lo visceral (vísceras y órganos).

Es la emoción quien decide, organiza la percepción, los pensamientos y la memoria, la fisiología, la conducta y la interacción social. Cuando una persona tiene miedo es más fácil que codifique  los estímulos como temibles o tranquilizantes por el contrario

Señales de peligro y amenaza que han de ser codificadas junto al hecho acontecido. Este conocimiento de la memoria asociada intrínsecamente a la emoción , es utilizado por los terapeutas para afrontar situaciones vividas con anterioridad de corte traumático. No se trata de modificar un recuerdo sino de convertirlo en algo neutro. Otros traumas, lo llamados traumas con “t” pequeña, son aquellos recuerdos que han hecho de nosotros quien somos y que han de ser traídos a la actualidad para ser “neutralizados”. Se corre el grave riesgo de actuar de forma negligente sino conocemos estos mecanismos, dado que podemos retraumatizar a un paciente por el simple hecho de hacerle traer una y otra vez las escenas temidas o dolosas sin un objetivo claro: sobreescribir con una mayor neutralidad.

 

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