Desde el momento mismo de la concepción el niño se rige por un “calendario madurativo”. Pasará por una serie de etapas determinadas biológicamente. Supone una parte cerrada del código genético relacionada con nuestra maduración. Ello supone que todos los niños más o menos a la misma edad pasarán por los mismos procesos. Este calendario madurativo coloca a todos los niños en la misma casilla de salida más o menos a la misma edad, pero no determina cuál será la trayectoria de cada niño. La trayectoria depende de las relaciones concretas que establezca primero con sus padres y con el entorno, la interacción del niño con su medio y la estimulación que se le ofrezca.
Interesante reportaje de Eduard Punset en el Programa 447 de Redes sobre el desarrollo del cerebro en el bebé:
Cuando un bebé nace comienza la interacción con su madre. Sabemos que los bebés reconocen a sus madres desde el mismo momento del nacimiento gracias al olfato y que por ello es importante no lavarles nada más nacer, ya que reconocen a su madre por el olor a líquido amniótico y que prefieren escuchar su voz a cualquier otro sonido.
Cuando nacen los bebés están en estado de alerta y esperan ser dejados sobre el vientre de su madre piel con piel. Desde ahí saben perfectamente como llegar hasta su pecho y como iniciar la lactancia en las dos primeras horas de vida. Además el bebé está mucho más caliente entre los pechos de su madre que en cualquier otro lugar. Su frecuencia cardiaca se estabiliza y la respiración se hace regular si está en contacto con su madre
Estos son algunos de los motivos de la gran importancia que tiene el momento del nacimiento, y la necesidad de que bebé y mamá no sean separados en el momento del nacimiento. Para saber más sobre este tema pincha aquí o sobre la siguiente imagen.
La psicomotricidad se refiere a las implicaciones psicológicas del movimiento corporal en la relación entre el organismo y el medio en el que se desenvuelve.
En la psicomotricidad hay unos componentes madurativos, es decir relacionados con la maduración del cerebro, y unos componentes relacionales, esto es de la relación del niño con su entorno.
El desarrollo psicomotor se produce por la maduración biológica del propio proceso de crecimiento y la estimulación social que recibe de su entorno. Sin maduración no hay progreso, pero sin estimulación por parte de su entorno no se desarrollaría dicho progreso.
El desarrollo comienza por la cabeza y se extiende hacia abajo, es decir que primero llegará el control del cuello que el de los pies. El desarrollo también se extenderá desde el centro a los extremos, así controlará antes el codo que los dedos.
La meta del desarrollo es el control total del cuerpo mediante todas las acciones motrices que se encuentran entrelazadas entre sí y que dependen de la estimulación que reciba el niño desde el exterior con una base biológica.
Las primeras habilidades del niño son reflejas, es decir respuestas involuntarias a estímulos concretos. El recién nacido dispone de muchos reflejos. Algunos de ellos desaparecen y otros serán la base para desarrollos psicomotores posteriores.
REFLEJO | CARACTERIZACIÓN | EDAD HABITUAL DE DESAPARICIÓN |
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Succión | Se le coloca un objeto, por ejemplo un dedo entre los labios del bebé y éste chupa rítmicamente | Pasa de refleja a voluntaria a los 4 meses |
Hociqueo | Se estimula la mejilla del bebé con un dedo, y girará la cabeza buscando con la boca la fuente de estimulación | Desaparece a los 4 meses, siendo luego voluntario |
Presión palmar o aferramiento | Se coloca algo en la palma de la mano del bebé y éste la cierra con fuerza | Desaparece a los 4 meses siendo luego voluntario |
Retraimiento del pie | Se pincha suavemente la planta del pie, el bebé retira la pierna, flexionando la rodilla. | Con estímulos intensos, permanece |
Parpadeo | Cerrar los ojos ante luces intensas y en situaciones de sobresalto | Permanente |
Andar automático | Se coge al bebé bajo las axilas, asegurándose que las plantas del bebé se apoyen sobre una superficie plana y el bebé flexiona las piernas y las extiende como si estuviera andando. | Desaparece hacia los 2 o 3 meses, siendo luego voluntaria. |
Moro | Cuando se produce un sobresalto (por ejemplo un ruido intenso cerca del bebé), arquea el cuerpo, flexiona una pierna y extiende las piernas como si estuviera andando. | La reacción de abrazo desaparece antes, la de sobresalto permanece hasta los 4 meses y con menor intensidad posteriormente. |
Babinski | Con un objeto punzante se hace se hace una diagonal en la planta del pie del bebé, el pie se dobla y sus dedos se abran en abanico. | Está presente casi hasta el final del primer año. |
Natatorio | Dentro del agua el bebé patalea rítmicamente, al tiempo que sostiene la respiración. | 4 a 6 meses |
Tónico del cuello | Tumbado el bebé, se le gira la cabeza hacia un lado, adopta entonces una posición de esgrima: extiende el brazo del lado al que mira y flexiona el otro brazo por detrás. | Antes de los 4 meses |
Pero el desarrollo del bebé no consiste en unas etapas prefijadas biológicamente a partir de dichos reflejos, sino que la interacción con los adultos juega un papel imprescindible a la hora de la consecución de logros en los primeros años. La tabla a continuación muestra la edad en que el 50% de niños lo consiguen y el margen en que se puede conseguir para un 90% de los niños.
Edad en que el 50% de los niños lo consiguen |
Márgenes de edad en los que el 90% de los niños lo consiguen |
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Cuando se le tiene cogido, el bebé mantiene la cabeza erguida | 2 meses y medio | 3semanas- 4 meses |
Tumbado boca abajo, se apoya en los antebrazos y levanta la cabeza | 2 meses | 3 semanas-4meses |
Puede pasar de estar de lado a estar boca arriba | 2 meses | 3 semanas- 5 meses |
Se mantiene sentado con apoyo | 3 meses | 2-4 meses |
Coge un objeto cúbico, cilíndrico o esférico usando toda la mano | 4 meses | 2-6 meses |
Puede pasar de estar boca arriba a estar hacia un lado. Se puede pasar un objeto de una mano a otra | 4 meses y medio | 2-6 meses |
Se mantiene sentado sin apoyo | 7 meses | 5-9 meses |
Se sujeta de pie apoyándose en algo. Al coger objetos, opone el pulgar al resto de los dedos | 7 meses | 5-9 meses |
Gatea | 8 meses | 6-11 meses |
Se sienta sin ayuda, agarrándose a algo, puede ponerse de pie | 8 meses | 6-12 meses |
Anda cuando se lleva cogido de la mano. Prensión en pinza | 9 meses | 7-13 meses |
Se mantiene de pie sin apoyos | 11 meses | 9-16 meses |
Camina por sí solo | 12 meses | 9-17 meses |
Apila dos objetos uno sobre otro. Garabatea | 14 meses | 10-19 meses |
Camina hacia atrás | 15 meses | 12-21 meses |
Sube escaleras con ayuda | 16 meses | 12-23 meses |
Da saltos sin moverse del sitio | 23 meses | 17-29 meses |
Los ritmos de adquisición son muy similares en los niños y en las niñas.
El ritmo de desarrollo intelectual en el bebé es sorprendentemente alto. El bebé comienza a percibir el mundo que le rodea desde los primeros momentos de vida, se relaciona con ese mundo y aumenta su capacidad cognitiva.
Los bebés desde muy pronto tienen la capacidad de hacer representaciones, que se irán formando luego poco a poco, por ejemplo representarse mentalmente un objeto que ha desaparecido y el cual se esperaba. Con tan solo 3 meses y medio, según las últimas investigaciones ya manifiestas la conservación del objeto.
Su memoria ya está en uso desde los primeros días de vida.
Hay que recordar que el componente básico del aprendizaje del bebé es una relación afectuosa, segura y protectora de con los padres y las madres. Los bebés aprenden mejor cuando se sienten cuidados y saben que sus padres y madres están ahí para cuidarlos. Posiblemente, la actividad más importante que se puede realizar para ayudar a los/las hijos/as a aprender, y para conseguir que el mundo le resulta atractivo sea hablarle, conocerle, jugar juntos/as.
El niño inicia su relación con el mundo a través de los sentidos. La percepción del bebé no es algo exclusivo de los procesos madurativos, depende de sus experiencias de aprendizaje. La educación sensorial desde las primeras etapas es algo fundamental. El niño ve, pero nosotros hemos de enseñarle a mirar, el niño oye, pero hemos de enseñarle a escuchar.
El bebé viene preparado para interactuar con el medio que le rodea, para comunicarse con sus cuidadores. Reconoce en ellos su olor, su voz, el sabor de la leche de su madre. Así como también éstos tienen la capacidad de reconocerle por el tacto, el llanto, etc.
EL TACTO. Las percepciones táctiles son de gran importancia para la construcción de los primeros conocimientos del bebé. A través de su cuerpo siente las primeras sensaciones de frío, calor, suavidad. Toda la piel envía información a su cerebro, de ahí la importancia de acariciarle todo el cuerpo. El tacto es también la primera forma de comunicarnos con los bebés que tenemos los adultos. El contacto con nuestra piel es de vital importancia.
Lo que primero descubre el bebé son sus manos y pequeños objetos que chupa. Aprende mucho mientras muerde y chupa. A los 3-4 meses, coge el objeto, lo chupa, repasa su contorno con los labios y lengua y después lo saca de la boca y lo observa visualmente.
A los 6 meses ya distingue las sensaciones de frío y calor, blando y duro, liso y arrugado,…
De los 6 meses al año ya puede coger objetos y sentir sus diferentes formas y texturas. Ya no chupa los objetos para conocerlos, los toca.
De 1 a 2 años ya distingue los objetos por el tacto.
OLFATO Y GUSTO. El bebé distingue olores y sabores desde el primer día de vida. Reconoce a su madre por el olfato desde que nace y su sabor preferido es el de la leche materna. Comienza a asociar sabores y olores con momentos vividos y así luego discernirá entre lo que le gusta o no en función de su olor o sabor, por ejemplo se calmará cuando sienta cerca el olor de su madre. Empieza a sentir y disfrutar los diferentes olores y sabores del medio. Del primer año al segundo año ya han de distinguir los cuatro sabores básicos: agrio, salado, dulce y amargo.
OÍDO. Es el sentido más desarrollado en el bebé. Es muy sensible a los sonidos. Son capaces de discriminar desde muy pronto entre dos sonidos muy iguales (ba-pa), más incluso que niños mayores o adultos. Desde que nace es capaz de dirigir su cabeza hacia el lugar donde está el sonido. Su sonido preferido es la voz humana, con un mes de edad ya distinguen los sonidos del habla. Con pocos meses de vida comprende el tono, el ritmo y la intencionalidad del que habla. Prefiere los tonos suaves y cálidos. Antes de los 6 meses ya aprende a relacionarse con los objetos por el ruido que hacen y reconoce por el sonido si un objeto está cerca o lejos. En esta misma época también distingue melodías musicales. A partir de los 6 meses comienzan a emitir sus propios sonidos balbuceando, no intentan hablar sino que les encantan sus propios sonidos. Con el transcurso de los meses diferencia cada vez más sonidos, palabras y comienza a elaborar conceptos e ideas.
De 1 a 2 años el niño ya puede recordar, reproducir, entretenerse y disfrutar al escuchar los ruidos y sonidos familiares. Cada vez están más interesados en los diferentes sonidos.
VISIÓN. Cuando un bebé nace solamente es sensible a las sensaciones de claro y oscuro, pero pueden seguir con la mirada un estímulo que se mueve ante sus ojos. Progresivamente van aumentando su capacidad visual, pero en los primeros meses solo enfocan bien los objetos que se encuentran entre 15 y 30 centímetros. A los 3 meses su visión habrá dejado de ser borrosa y ya distingue claramente una cara de otra. Distingue unos colores de otros desde el nacimiento. Con 4 meses ya dirige su mirada hacia objetos o personas que llaman su atención. En el 5 mes comienza a coordinar la visión del objeto con la acción de agarrarlo. A los 6 meses ya coordina la visión con el movimiento de pies y manos, a esta edad en muchos aspectos el bebé ya ha alcanzado los valores adultos. A los 8 meses está muy interesado en todos los objetos que le rodean. De 1 a 2 años aumenta su capacidad de observación y su memoria visual.
El bebé en su interacción con los demás empieza a forjar su YO. Desde los 4 meses el bebé comienza a saber el efecto que produce en sus cuidadores si emite llanto o sonrisa. Antes de su primer año ya empiezan a reconocer su imagen en el espejo. De los 18 meses a los 24 con el inicio del lenguaje ya podemos observar con el desarrollo del lenguaje las expresiones “yo” frente a “tu”. En esta etapa sienten que han sido competentes o incompetentes expresándolo con sonrisa en el primer caso o enfado en el segundo.
A los dos años y como prueba de un YO ya afianzado observamos en los bebés una fase de oposicionismo (contesta “no” o se resiste ante las peticiones de sus padres). Intensifica la imagen de su yo oponiéndose.
El apego es el vínculo emocional más importante en la primera infancia que el bebé establece con una o varias personas de la unidad familiar. El apego proporciona la seguridad que tanto física como emocional un niño necesita.
El apego y la sensación de seguridad que proporciona es una base imprescindible para el futuro desarrollo de las relaciones que el niño (y después como adulto) tendrá con los demás. La forma de relacionarse con los demás, primero con amigos y después formando una pareja están muy influenciadas por el tipo de apego que el niño tenga con sus cuidadores en las primeras etapas de su vida.
Cuando el niño no ha establecido un vínculo seguro con sus cuidadores, cuando no ha conseguido formarse una autoestima basada en un amor incondicional por parte de los progenitores, puede presentar a la edad adulta un trastorno de la personalidad . Los trastornos de la personalidad tiene en común una base insegura y una relación con los demás condicionada por dicha inseguridad.
La adquisición de un estilo de apego seguro con los progenitores, predice unas relaciones futuras más confiadas y eficaces, especialmente en las relaciones que requieren intimidad.
La sensibilidad de las figuras de apego, la disponibilidad de éstas, la capacidad para regular la activación emocional del niño, interpretar sus señales adecuadamente y responder de forma contingente sin intrusividad y mantener intercambios de atención conjunta, son las características necesarias para que un niño crezca con la seguridad necesaria.
Marsha M. Linehan postula el rol del ambiente invalidante como causa de la desregulación emocional que se produce en el trastorno límite de la personalidad. Las características de los ambientes invalidantes son entre otras:
Un ambiente que valida por el contrario tomar en serio a sus hijos, valida sus emociones; las preferencias del niño son tomadas en consideración y no castigan la expresión de emociones negativas.
La buena educación emocional es fundamental para desarrollar una personalidad madura.
Los padres autoritarios o permisivos contribuyen a que sus hijos tengan dificultades en las relaciones con el grupo de iguales.
El lenguaje en el niño aparece como una necesidad por comunicar, es decir primero el niño sabe que quiere un juguete, y luego aprende a decir “juguete”. Lo que primero son gestos, miradas y señalizaciones, luego es lenguaje.
Los gestos de indicar un objeto que el niño quiere, serán no sustituidos pero sí apoyados por el lenguaje puesto que ésta última forma de comunicación es más efectiva.
El lenguaje que un niño comprende es más rico que el lenguaje que usa, conoce el significado de las palabras y las construcciones gramaticales antes de poder reproducirlas.
EDAD | LOGRO |
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Recién nacido | Comunicación refleja: llantos, movimientos, expresiones faciales |
2 meses | Una gama de ruidos con significado: murmullos, quejidos, llantos y risas |
3-6 meses | Nuevos sonidos con chillidos, refunfuños, canturreos, trinos, sonidos vocálicos |
6-10 meses | Balbuceos, con sonidos vocálicos y consonánticos repetidos en sílabas |
10-12 meses | Comprensión de palabras sencillas: entonaciones simples, vocalizaciones específicas que tienen significado para los que conocen bien al niño |
13 meses | Primeras palabras habladas reconocibles como parte de la lengua materna |
13-18 meses | Desarrollo lento del vocabulario: hasta unas 50 palabras |
18 meses | Eclosión del vocabulario: tres o más palabras aprendidas por semana |
21 meses | Primera fase de dos palabras |
24 meses | Frases con varias palabras. La mitad de las expresiones orales del niño/a son de dos o más palabras. |
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