La caja de arena se encuentra entre las herramientas terapéuticas más útiles para el trabajo con niños y adultos. La realización de la caja de arena nos permite simbolizar los contenidos verbales mediante el pensamiento en imágenes cuando hacerlo de manera verbal es complicado.
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La técnica de La Caja de Arena permite trabajar nos permite simbolizar los contenidos verbales mediante el pensamiento en imágenes cuando hacerlo de manera verbal es
complicado. Y esto es especialmente importante cuando el paciente tiene dificultades en ponerlos en palabras, como ocurre habitualmente en los niños.
Cuando el origen del problema es un trauma infantil, recordar y explicar es una fuente adicional de sufrimiento. Utilizar la caja de arena permite la distancia emocional necesaria para ir elaborando la experiencia traumática sin tanto dolor. Además, el juego es el lenguaje natural del niño y le aporta una narrativa que le permite liberar, expresar y simbolizar, desarrollando sentimientos de control, lo que sucede y lo que vive en su interior. El modelo teórico en el que se inserta la aplicación de la técnica se basa, pues, en las aplicaciones del trauma, el apego y la resiliencia.
Los pacientes que presentan trauma complejo (han sufrido de manera prolongada relaciones tempranas de apego caracterizadas por el maltrato, el abandono o el abuso sexual. O ya de adultos ha habido personas que les han maltratado, acosado, agredido, abusado…), suelen presentar dificultades de moderadas a severas para la regulación emocional y de los niveles de excitación. Fácilmente se salen fuera de la ventana de tolerancia a las emociones. Sus reacciones ante las amenazas percibidas pueden conllevar la activación de las defensas que les sirvieron para sobrevivir: luchar, huir, bloquearse, grito de ayuda o disociarse. El sentido del self de estas personas –sentido de uno mismo a lo largo del tiempo- suele ser difuso. Además, pueden manifestar patrones de vinculación insegura con los otros (tienen rasgos evitativos, ansioso-resistentes o desorganizados) que son el legado del apego temprano que tuvieron que desarrollar para adaptarse a lo que sus primeros cuidadores les ofrecieron. La integración de los contenidos traumáticos ha de hacerse en fases avanzadas de la terapia, cuando el paciente presente niveles óptimos de regulación emocional, haya desarrollado un sentido de lo que le ocurre (también trabajando psicoeducación emocional) y manifieste una integración cerebral suficiente que le permita poder procesar los contenidos traumáticos. A menudo, además, hemos de ayudarles a reconstruir sus fragmentadas, incoherentes e inconexas historias de vida para que logren un sentido de sí mismos más integrado. Con los pacientes con trauma complejo debemos de proceder en la psicoterapia y con la técnica de la caja de arena con cautela, siendo capaces de crear con el paciente un vínculo de seguridad y confort, que el paciente desarrolle la expectativa de que la persona y las habilidades del profesional pueden ayudarle a regular sus estados internos en caso de descompensación, sin prisa y con grandes dosis de comunicación afectiva y empática.
Por todo ello, la psicoterapia con estos pacientes es un desafío. La técnica de la caja de arena puede constituirse, dentro de un programa psicoterapéutico basado en los modelos del trauma y el apego, en un instrumento idóneo. Ahora bien, las intervenciones con la caja de arena no están basadas en una cura verbal sino en el uso de la técnica para favorecer la regulación emocional, la conexión del paciente con el mundo en la arena y el psicoterapeuta y, si procede en ese momento, el procesamiento de los contenidos traumáticos. La caja de arena es una técnica que trabaja a un nivel inconsciente, operando mediante el pensamiento en imágenes y llegando delicadamente al hemisferio derecho, donde se grabaron las imágenes, las sensaciones y las emociones que forman parte de lo traumático. Es un taller silencioso de la mente. Por eso, hemos de confiar plenamente en el proceso y tratar de apartar la idea de que los mundos en la arena deben de comprenderse y entenderse solo desde los significados verbales. Los significados profundos de la relación del mundo en la arena con la vida personal y con el ámbito universal (arquetípico) del paciente suelen trabajarse en fases posteriores de la terapia, si aquel puede beneficiarse de un trabajo a este nivel.
Por otro lado, los aportes que la neurociencia nos ofrece nos permiten saber que, durante las fases de creación, contemplación y postcreación de una escena en la arena suceden cambios asombrosos en el cerebro. Del mismo modo, cuando un paciente está trabajando con una caja de arena y se produce un procesamiento de la información emocional, en el cerebro suceden modificaciones y se crean nuevas conexiones neuronales, esto es, favorece la neuroplasticidad cerebral y con ello el cambio terapéutico. En este taller vamos a conocer también qué sucede en el cerebro de las personas cuando hacen una caja de arena.
La técnica de la Caja de Arena puede ser utilizada tanto en el ámbito infanto-juvenil como en la psicoterapia para adultos.
So objetivo principal es el tratamiento del trauma.
Existen diferentes tipos de trauma:
5. Trauma por acontecimientos en la infancia no derivado de las relaciones familiares como enfermedad en la niñez o acoso escolar
La caja de arena es una técnica utilizada dentro del ámbito de lo traumático, sin embargo hacemos una especial mención al uso de la caja de arena entendido dentro del Trauma interpersonal interno, el sucedido dentro de familias preocupadas por sus hijos pero con cuidados emocionales inadecuados. Es el llamado “Trastorno traumático del desarrollo”
El Trastorno traumático del desarrollo fue propuesto por Besel Van der Kohl, psiquiatra americano, para ser incluido en el nuevo manual diagnóstico DSM-V. Aunque no llegó a ser incluido en dicho manual, es una categoría traumática muy a tener en cuenta dentro de la práctica clínica cotidiana.
El trastorno traumático del desarrollo se caracteriza por ser padecido por niños criados en contextos no seguros. Son familias capaces de dar cuidados funcionales a sus hijos (comida, vestido, cariño, compañía) . No se trata de padres maltratadores o claramente negligentes, sino familias funcionales y cuidadosas de sus hijos. Sin embargo son padres desentendidos, “dismissing”. Son padres que perciben lo que ocurre en sus hijos pero no saben darle importancia, no son padres validantes de la experiencia del otro. No perciben con claridad las señales de sufimiento del otro, no dan importancia a las emociones o las minimizan (“Eso no es nada”, “Son cosas de chicos”). Son padres preocupados por sus hijos pero incapacitados para entenderles.
Son niños con alta probabilidad de ser diagnosticados en la edad adulta como Trastorno Límite de la Personalidad
La mentalización es la capacidad para entender a los demás y entenderse a uno mimso infiriendo los estado mentales que subyacen a la conducta manifiesta.
Es esencial para la autorregulación emocional y para la construcción de relaciones íntimas constructivas.
La pérdida de la mentalización aboca a inestabilidad emocional, impulsividad, condustas disruptivas y autodestructivas y violencia.
La caja de arena ayuda a desarrollar la mentalización , esto es, comprender que otros tienen una mente con deseos, intenciones y emociones. Comprender que uno mismo y el otro tienen estados internos. Representar y simbolizar en base a la caja de arena y las miniaturas favorece que los niños y adultos comprendan que existen diferentes puntos de vista y distintas mentes. Comprender que uno y los demás sienten y piensan de forma diferente es un éxito mentalizador.