Con motivo del Mes de la Salud en Asturias, Andrés Calvo y Esther Blanco, directores de la Clínica Persum en Oviedo, son entrevistados por el periódico El Comercio en su edición impresa.
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Comportamientos disruptivos. Anorexia. El mito de la crisis de los 40 o del síndrome postvacacional, entre otras, son algunas de las temáticas abordadas en la entrevista con los expertos.
Esther Blanco: Tenemos que tener en cuenta algunas cifras. Uno de cada diez ingresos hospitalarios se produce en unidades de psiquiatría; la décima parte del gasto farmacéutico asturiano se destina a ansiolíticos y antidepresivos; y un 40% de las consultas en Atención Primaria son relativas a salud mental, sin olvidar que los asturianos encabezamos la tasa de suicidio de España. El psicólogo debe ser quien se encargue de la salud mental en lugar de recurrir a la farmacoterapia. Por eso, reinvidicamos
la figura del psicólogo en Atención Primaria. Con estos datos que asustan, explicar qué es una terapia integradora, es fácil: se trata de hacer una evaluación completa al
paciente, un análisis de personalidad, una exploración identitaria para conocer sus disfunciones interpersonales.
Andrés Calvo: Si estoy cansado, tengo falta de disfrute, desinterés por lo cotidiano, trastorno del sueño…, como mucho. Como poco, estoy desesperanzado… Si todos esos síntomas se prolongan durante dos semanas ya se puede diagnosticar un episodio de depresión. Pero si se repite en el tiempo o no acaba de mejorar, el tratamiento farmacológico no es la solución. Un paciente con esos síntomas tiene un problema de personalidad que hay que tratar. La importancia del diagnóstico es crucial.
Andrés Calvo: Es complicado de definir. Todo comienza en la infancia y depende del vínculo que tengamos con nuestros padres. Si tengo un padre o una madre que valida mis mociones,
no tendré problemas. Si no es así, no sabré gestionar mi lado racional con el emocional. Se pondrá en marcha un mecanismo defensivo. Disociación entre lo que pienso y lo
que siento. Produce muchos problemas de pareja o laborales. Son esas personas que vemos rígidas, dogmáticas, que siempre creen tener razón.
El tratamiento es la psicoterapia.
Andrés Calvo: Se caracteriza por graves problemas interpersonales, por una disociación entre lo que pienso y lo que siento, se tiene una relación caótica con los demás y conductas compulsivas, pero ignora por completo que tienen un problema. Es como un coche que no mezcla bien la gasolina.
Son grandes manipuladores, pero no malas personas. Solo actúan como lo han aprendido.
Esther Blanco: El diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un cajón de sastre y de desastre. No hay acuerdo científico para saber qué está pasando. Hay una disfunción de tres años respecto a la normalidad. Es decir, un niño de 10 años tiene el desarrollo de uno de 7. Pero nos preguntamos el motivo de esa disfunción. No están claras las causas. Hay que dar un paso atrás para ver qué pasa con ese cerebro en desarrollo, qué ha pasado en esa primera infancia para que tengamos un desarrollo inferior de esos lóbulos frontales.
Andrés Calvo: Es curioso, todos tenemos, más o menos, contacto con el alcohol o hemos jugado alguna vez, pero no todos nos enganchamos. Tiene mucho que ver con la personalidad. Los receptores químicos del alcohol, por ejemplo, regulan emocionalmente como muchos medicamentos. Alguien que tenga un problema puede notar placer
cuando consume alcohol. Y pasa a depender de él para solucionarlo. Tratar el alcoholismo sin atender los problemas de personalidad genera un 80% de recaídas.
Esther Blanco: Debemos hilar muy fino. Primero, que el pediatra descarte que no hay un problema físico. Después, analizar qué está pasando en su relación con los padres. Ahora está muy de moda el colecho cuando hace diez años estaba de moda lo contrario. Las madres estamos muy perdidas.
Andrés Calvo: Desde hace años, en la clínica ofrecemos psicoeducación a los padres. Enseñarles a validar, dialogar con las partes emocionales y racionales del niño, para que sea integrador. Tenemos una lista de espera enorme. Validar su personalidad es tan importante como darle de comer o beber.
Esther Blanco: Se inventan muchas veces síndromes que no corresponden con nuestros manuales diagnósticos. No hay evidencias científicas de la crisis de los 40, como tampoco la hay del síndrome postvacacional.
Esther Blanco: Quitando el foco del trastorno de alimentación e ir a todas las cuestiones de personalidad. Las personas anoréxicas tienen una personalidad rígida, obsesiva y metódica. Pese a lo que se cree, no tienen falta de autoestima. Saben que hacen las cosas muy bien.