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Terapia de pareja

La dependencia

Publicado el 13/04/2018.
Por Esther Blanco , última actualización el 31/10/2019
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La dependencia no solo no es mala sino que es deseable. En toda relación de pareja es necesario cierto nivel de dependencia para mantener el vínculo unido.
Sin embargo la dependencia puede convertirse en problema cuando un cónyuge necesita recibir continuamente manifestaciones de afecto por parte del otro. Lo contrario de la dependencia es el independentismo que también ocasiona serios problemas a la hora de establecer un vínculo amoroso.

La diferencia entre una «dependencia normal» en una relación de pareja y una «dependencia patológica» está más en una cuestión de cantidad que de calidad, es decir, por ejemplo: a todos nos gusta estar con nuestra pareja pero el dependiente necesita estar constantemente con su pareja, o al menos, saber dónde se encuentra. A todos nos gusta tener a nuestra pareja para nosotros, pero el dependiente quiere al otro miembro de la pareja en exclusividad, sintiéndose  celoso de otros familiares o hijos. Cuando una pareja nos deja nos sentimos mal y eso es lógico, pero el dependiente busca de una forma rápida encontrar de nuevo otra pareja.

En la base de casi todos los Trastornos de la personalidad o rasgos de dichas personalidades, (que no constituyen entidad clínica  pero que son lo suficientemente importantes como para que generen problemas interpersonales)está la creencia de la poca valía personal. Algunas  de estas personalidades han aprendido a buscar en el otro una fuente de seguridad de la que ellos carecen.

Veamos algunos ejemplos:

PERSONALIDAD DEPENDIENTE

Una PERSONALIDAD DEPENDIENTE manifiesta una excesiva y generalizada necesidad de ser cuidada que conduce a una conducta sumisa  y el miedo a ser abandonada. Se sienten incapaces de enfrentarse al mundo solas, así que se aferran a su pareja. Desean ser acompañadas a cualquier sitio al que acuden, sobre todo si es por primera vez. Sienten un malestar muy intenso cuando están solas, así que pasan por situaciones indeseables con tal de tener la compañía del otro. Piensan que sin el apoyo de los demás están perdidas se encierran en sí mismas y se vuelven tensas, tristes y abatidas. Si una relación termina el dependiente se siente desvalido y desesperado y la única alternativa es encontrar a otra persona de la que puedan depender.

La Señora D dice preferir estar en pareja. De hecho, no recuerda haber estado ningún momento de su vida sin ella. Siempre hubo alguien a su lado». La Señora D deja en manos de su marido todo lo que puede desde los trámites del banco, conducir el coche, tomar decisiones en cuanto a cuestiones relativas a los hijos, y un largo etcétera.

PERSONALIDAD HISTRIÓNICA

Una PERSONALIDAD HISTRIÓNICA, también se caracteriza por ser dependiente del afecto y la atención que les brindan los demás. Su estrategia para mantener cerca al otro no es tanto la sumisión como en el dependiente anteriormente comentado como desplegar un mimetismo con la persona que tienen enfrente y adoptar sus opiniones para caer bien y ser aceptado. Si la relación amenaza con romperse más que aceptar sumisamente lo que el otro desea, reaccionan con  estallidos dramáticos, descontrol nervioso y empleo de la cólera de una forma manipulativa. Fuerte temor a ser rechazado, cualquier indicio de abandono es devastador, incluso aunque la otra persona no sea demasiado importante para ellas. Cambian de pareja con facilidad puesto que se aburren rápidamente de ellas, pero como no toleran la soledad, buscan rápidamente otra relación.

La Señora R ha tenido infinidad de conquistas pero nunca ha intimado con ninguna. Siempre parece que ha encontrado al amor de su vida, pero desaparece con la misma velocidad que vino. Si ella es la abandonada experimenta un malestar desproporcionado por el corto espacio de tiempo compartido con el otro. Cuando ella es la que abandona es porque probablemente ya tenga en mente a algún chico al que seducir.

PERSONALIDAD LÍMITE

Pero sin duda quien más sufre en las relaciones de pareja es la PERSONALIDAD LÍMITE, puesto que es esta personalidad quien más necesidad siente de establecer un vínculo con otra persona, sobre todo a una pareja, como si se tratara de una fusión mágica, para que les apoyen emocionalmente y satisfagan sus necesidades. Una persona poderosa o protectora que les haga sentirse seguros.

Se sienten incomprendidas, apartadas y solas. Con una sensación de vacío continua.
Al principio de la relación con una pareja se sienten mágicamente implicados, idealizan a esa persona y la colocan en un pedestal como si fuese la mejor persona que han conocido en su vida. Como la pareja es tan especial, la persona límite también se siente especial puesto que es la destinataria del amor de una persona perfecta. Alguien perfecto les quiere. No toleran la distancia con su pareja y requieren de su constante presencia. Este tipo de persona con la que mantiene la relación de pareja se hace imprescindible en sus vidas.
Rastrean continuamente señales de posibles abandonos. Algo que para los demás puede pasar desapercibido, para alguien límite supone un intenso temor a ser dejadas; algunos hechos pueden ser tomados como señales de que la pareja deja de amarles. Por ejemplo una frase como «hoy comeré en la oficina» por parte de la pareja de una persona límite puede ser interpretada como «hoy comeré en la oficina porque no me apetece comer contigo y prefiero hacerlo con mis compañeros de trabajo. Tú ya no me importas».
El temor a ser abandonados desata una inmensa cólera que se expresa rápidamente a la pareja. Otras veces pueden mostrar comportamientos de indefensión y sumisión para conseguir que la pareja no les abandone. De esta forma pueden generar círculos viciosos en la pareja: discusión-reconciliación-discusión-tentativas suicidas-reconciliación, hasta que la relación termina.
Si la relación de pareja logra cierta estabilidad, como es tan difícil llenar todas las expectativas y necesidades de la persona límite, éste puede no sentirse completamente satisfecho con la relación de pareja y buscar otro «objeto de amor» una vez que el antiguo ha resultado ser «defectuoso», para pasar en esta nueva relación a experimentar el ciclo y volver a idealizar a una nueva pareja.
Cuando se quedan solos, aunque sea por un corto espacio de tiempo sienten una gran sensación de vacío y soledad.

«Mi vida sentimental es como una montaña rusa. Continuamente me cuestiono si lo que hace es por amor hacia mí. Si no lo siento  así, entro en cólera y me enfado muchísimo con él. Puede pasar de ser la mejor persona del mundo  a lo peor. Vivo constantemente preguntándome qué es lo que ha hecho por mi ULTIMAMENTE.
Mido todo lo que hace como un me quiere-no me quiere: que me llama a una hora inesperada, eso es porque me quiere, pero si yo espero una llamada y no la hace, eso es que no me quiere. Que me regala algo por mi cumpleaños, eso es porque me quiere, pero si no era lo que yo esperaba, es que no me quiere lo suficiente»

 

Bibliografía:

  • Beck, A. (2013). Con el amor no basta. Paidos.
  • Fromm, E. (2015). El arte de amar. Paidós Nueva Biblioteca

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