En una relación de pareja, uno de los miembros o ambos, puede experimentar ciertas sensaciones que le hacen sufrir tremendamente ante las actitudes del otro.
Por ejemplo, LOS CELOS hacen que una persona se sienta angustiada cuando su pareja se relaciona con otras personas, va al trabajo, sale a cenar con sus compañeros, etc.
Otro de los comportamientos íntimamente relacionado con el anterior, es LA DEPENDENCIA de un miembro de la pareja hacia el otro. El dependiente se sentirá abandonado a su suerte cada vez que su pareja no está a su lado.
El INDEPENDENTISMO. Quien no logra el compromiso en también una persona que no maneja adecuadamente el concepto de libertad.
Pero además, no solo sufre «el celoso», «el dependiente» o «el independiente» sino que su pareja es lógico que se sienta afectada tanto por observar el malestar de su compañero como por las consecuencias de la conducta de éste. Imaginemos a una persona que intenta controlar al otro mediante la violencia, o a otra que transmite a su pareja la sensación de no «meter los dos pies en el tiesto».
Cuando hay un problema de pareja los dos son víctimas.
Los conceptos que veremos como los anteriores no son entes independientes sino que pueden estar relacionados entre sí.
Por ejemplo, si una mujer con rasgos dependientes se relacionase con un hombre cuyos rasgos se caracterizasen por el independentismo, es fácil que ella terminase por desconfiar cada vez más de él y sintiese celos. En este caso cada uno responsabilizará al otro de su malestar.
Se trata de saber cómo interactúan los diferentes conceptos entre sí.
LOS PROBLEMAS DE PAREJA SON COSA DE DOS
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