PERSUM Clínica de Psicoterapia y Personalidad
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La responsabilidad de paciente y terapeuta

Publicado el 07/12/2020
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Por Esther Blanco , última actualización el 08/12/2020
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«Una estructura psicológica es un modelo estable y duradero de funcionamiento mental, en torno al cual se organiza la conducta del individuo, sus percepciones y su experiencia subjetiva»

 

La terapia que pretenda tener éxito deberá centrar la atención en la realidad actual de los pacientes y ayudar a cambiar su funcionamiento actual.

En la Clínica Persum trabajamos con una metodología que implica un abordaje desde la estructura de la personalidad de cada uno de nuestros pacientes, es por ello que llamamos a nuestra psicoterapia “orientada por la personalidad”, “psicoterapia a la carta”. Cada síntoma que un paciente nos trae a consulta es abordado desde SU ESTRUCTURA de personalidad, su funcionamiento mental.

Ello nos distingue y ello es garantía de nuestro éxito en las intervenciones y tratamientos psicoterapéuticos.

La Psicoterapia integradora que practicamos en la Clínica Persum tiene una larga historia, nada nuevo hemos descubierto, pero sí hemos sido formados en las escuelas terapéuticas que hoy por hoy tienen mayor grado de eficacia en el tratamiento de la estructura de la personalidad. Entre ellas:

TFP Terapia Focalizada en la Trasferencia

DBT Terapia Dialéctica comportamental

MBT Terapia Basada en la Mentalización

Nuestra formación reglada y oficial en cada una de las técnicas nos permite aplicar con éxito tratamientos que ayudan a nuestros pacientes. Llevamos estudiando más de 20años los mejores tratamientos.

Cada paciente llega a nuestra clínica con un estilo de ser, una forma de ver el mundo, una estructura determinada de personalidad. Aquello que le sucede en su vida va a suceder dentro de las cuatro paredes de una consulta. Un paciente no va a dejar su personalidad en la puerta cuando llega a visitarnos. Un paciente despliega dentro de una relación terapéutica toda una forma de ser. Todo aquello que un paciente sufre en sus relaciones cotidianas vendrá a suceder a la propia Clínica.

Algunos ejemplos :

  • Si soy puntual en mi vida, también llegaré puntual a mis citas.
  • Si soy impuntual, también ocurrirá más pronto que tarde dentro de un contexto terapéutico.
  • Si mis relaciones interpersonales siempre se encuentran presididas por el enfado , no tardaré en sentirlo hacia mi terapeuta.
  • Pero si mi tendencia es idealizadora, mi terapeuta será  mi salvador desde que hago una primera llamada a la Clínica.
  • Si considero que soy una persona especial en general, pretenderé abonar los honorarios en el momento que YO desee, no bajo las normas de funcionamiento administrativo de la Clínica.
  • Si considero no ser merecedor de nada, pretenderé abonar más de lo señalado por la clínica o trataré de agasajar al terapeuta con regalos.

Estos son solo unos simples ejemplos que caracterizan el día a día de nuestras intervenciones terapéuticas.

Quizás impactante, pero la foto que preside esta entrada de blog es un encuentro real con un paciente desplegando toda su agresividad por no ser atendido de forma inmediata por nuestra secretaria. Un ejemplo más de nuestro duro e intenso trabajo diario.

En la actualidad, son muchas las causas que llevan a un psicoterapeuta a actuar de forma complementaria e iatrogénica con respecto al paciente. No vamos a entrar en ellas en este post por no extendernos en demasía.

¿Qué significa actuar de forma complementaria a un paciente?

Dejarse llevar por el paciente y su forma “disfuncional” de actuar. Por ello, desde el inicio de una psicoterapia, se plantea la importancia de un contrato terapéutico.

Empecemos por definir qué es un contrato terapéutico:

«Un contrato terapéutico define en qué consiste la realidad de la relación terapéutica. Es importante que el terapeuta no pierda de vista este marco terapéutico, puesto que el paciente (su mundo interno) se pondrá de manifiesto bajo la forma de fuerzas que tienden a distorsionar tal relación»

Establecemos un contrato terapéutico y procedemos a su negociación.

Dentro del contrato terapéutico existen unos elementos esenciales. Aquellos que se refieren a la responsabilidad del paciente y a la del terapeuta:

Responsabilidad del paciente

  1. Asistir regularmente a terapia
  2. Pagar los honorarios
  3. Hacer el esfuerzo de informar de los pensamientos  y los sentimientos
  4. Hacer el esfuerzo de reflexionar sobre aquello de lo que está informando, sobre los comentarios del terapeuta y sobre la interrelación

Responsabilidad del terapeuta

  1. Asistir a las sesiones programadas
  2. Atención uniformemente suspendida al material aportado por el paciente
  3. Hacer todo lo posible por ayudar al paciente a ganar en conocimiento y comprensión respecto de sí mismo y de los aspectos más profundos de su personalidad y de sus dificultades
  4. En caso necesario, clarificar los límites de su implicación en el tratamiento y en la vida del paciente.

 

Cuando un paciente no cumple con su responsabilidad, es llamado a la reflexión.

Desde un punto de vista “personal” para el terapeuta es mucho más sencillo “seguir” las actuaciones disfuncionales del paciente en algunos casos que «enfrentarse » a ellas.

Por ejemplo, es más sencillo para un terapeuta cambiar una cita (aún perdiendo una hora de su tiempo), que “enfrentarse” a las emociones desreguladas de un paciente que se sentirá desbordado emocionalmente por la llamada a la reflexión del terapeuta.

«Cada vez que la emoción es vivida por el paciente en el momento en particular , inunda la experiencia subjetiva del paciente, se convierte en su sentido entero de realidad y dificulta su capacidad para valorar cognitivamente las situaciones de manera objetiva. Aunque sea consciente de la cognición asociada en su mente al afecto intenso, el paciente no acierta a valorar correctamente la situación externa. Esto no solo es un problema de desregulación afectiva, cuanto de desregulación de la cognición y del afecto»

¿Qué es una alianza terapéutica entre paciente y terapeuta?

La alianza terapéutica con un paciente no es una cuestión de feeling, de «sentir» que me ayudan, de considerar agradable a un terapeuta. Estas condiciones pueden ser importantes para el paciente. Sin embargo, una ALIANZA TERAPEUTICA entre terapeuta y paciente, aquello que hará progresar un tratamiento psicológico que se precie, es la consecuencia de un tratamiento, no una condición previa. La condición previa es la contención de los afectos.

Es por ello que SIEMPRE efectuamos llamadas telefónicas a nuestros pacientes tras una ruptura en la alianza terapéutica. La capacidad para contener los afectos, regularlos y mantener la interrelación de forma satisfactoria augura un buen futuro del tratamiento psicológico.

 

 

Por ello, desde la Clínica Persum somos muy conscientes de aquello que forma parte de nuestro trabajo. Todos y cada uno de los miembros del equipo tienen una formación especializada para trabajar desde un mismo enfoque. Desde la misma secretaría con formación en atención telefónica, las terapias individuales, grupales, así como el resto de cursos de corte psicoeducativo.

Ningún aspecto dentro de la Clínica Persum es dejado al azar, todas y cada una de las intervenciones están milimétricamente medidas. Y todo ello en beneficio del paciente.

Acudir de forma irregular a sus consultas, no avisar de un cambio en sus citas con 48 horas, no presentar una justificación de peso para la anulación de sus sesiones, no abonar las consultas en tiempo y forma. Del mismo modo, también son de interés para el clínico: acudir a las sesiones con demasiada antelación, no permitirse anular una consulta que hubiese sido más que necesario dado el contexto del paciente, querer abonar más de los honorarios establecidos. Todo ello son materiales de interés clínico de indudable valor terapéutico.

«El rechazo del contrato es más frecuente entre los pacientes límite, narcisistas y pasivo-agresivos, a quienes la propia idea de un contrato les parece que ofende a su sentido de la importancia y el privilegio»

Todos estos aspectos son abordados de forma directa por el terapeuta. Por supuesto que somos terapeutas llenos de errores, como no podría ser de otra forma. Lo hacemos de la forma que mejor sabemos y podemos. Ello no es garantía de perfección para con nuestros pacientes. En ese punto sentimos no haberlo podido hacerlo mejor.

Queremos dejar claro que cada vez que un terapeuta evita discutir un aspecto del contrato, está indicando la presencia de un problema del terapeuta para encarar con éxito una intervención psicoterapéutica. Un terapeuta jamás ha de evitar abordar la grandiosidad, agresión o arrogancia del paciente.

Recuerde que estos son precisamente los aspectos que hacen de la clínica Persum una clínica diferente. No se trata de un eslogan vacío, una estrategia propia del márketing más rancio. Es una estado al que hemos llegado después de muchos años de formación en las mejores escuelas de psicoterapia y formados por los mejores profesionales.

Hoy podemos presumir de conseguir que nuestros pacientes se recuperen y lo hacemos a través de su estructura de personalidad.

Camino nada fácil, ni para el paciente ni para el terapeuta.

Una psicoterapia es un proceso duro lleno de valentía y responsabilidad.

¡Adelante valientes. Os estamos esperando!

 

Bibliografía

Frank E. Yeomans, John F. Clarkin, Otto F. Kernberg. «Psicoterapia centrada en la trasferencia» . Desclee de Brouwer, 2016

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