La ruptura familiar está alcanzando tasas muy preocupantes en nuestro país. Por cada 4 matrimonios que se forman, se rompen 3. Canarias, Barcelona, Madrid y Asturias son las provincias más preocupantes.
Las consecuencias de las rupturas familiares son muchas y afectan negativamente a padres e hijos, siendo estos últimos los más afectados.
Detrás de cada persona que se divorcia hay un conflicto por resolver y un drama familiar.
A todos nos resulta paradójico que existan tales tasas de divorcio si pensamos que amar y ser amado es una de las experiencias más gratificantes de la vida.
Pero el amor no puede ser solo un concepto romántico sino un compromiso que establecemos con el otro para entenderle, apoyarle, permanecer a su lado en los peores momentos, ser tolerante con sus imperfecciones y luchar hasta el final por el mantenimiento de la relación.
Cuando comienza una relación las personas pensamos que nuestra pareja es «diferente» y que con la fuerza del amor se superará todo, pero con el tiempo, las desilusiones, los errores en la comunicación, los malos entendidos, las frustraciones y fricciones pueden hacer que la pareja piense que su matrimonio ha sido un error.
Una persona es un complejo entramado de pensamientos, sentimientos y conductas que interrelaciona continuamente con los pensamientos, sentimientos y conductas de otra para formar una PAREJA.
Es difícil que un matrimonio desavenido sepa dónde está el verdadero origen del problema, así que atribuyen su malestar a las características negativas del otro y piensan «la culpa de que yo me sienta mal es tuya»,antes que a un desajuste entre ambos. Así se acelera el proceso de separación puesto que creemos que cambiando la fuente de nuestros problemas, o sea, la pareja actual, éstos terminarán.
La TERAPIA DE PAREJA COGNITIVO-CONDUCTUAL y la PSICOTERAPIA INTEGRATIVA se encargan de desenmarañar el complejo entramado de pensamientos, sentimientos y actitudes que están interrelacionando para generar el conflicto.
A veces los problemas residen en las interpretaciones erróneas que hacemos de lo que el otro dice o hace y que nos causan sentimientos desagradables. Otras veces está en actitudes de un miembro de la pareja que influye negativamente en el otro como el caso particular de los celos, la dependencia o el independentismo . En muchos casos el error está en la comunicación, o en no tener en cuenta la reciprocidad.
Todo ello puede dar lugar a un desajuste general de la relación o a desajustes en áreas determinadas como las actividades en común, los hijos, el trabajo fuera o dentro del hogar, las relaciones sexuales, o incluso la relación con los parientes políticos.
Las Técnicas Cognitivo-Conductuales capacitarán a las parejas de la siguiente forma:
Es muy importante que la pareja sepa que tiene opciones, que no es víctima de una mala relación. Que no solo es posible sino que se deben hacer responsables de cambiar la situación por muy difícil que parezca.
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