Para hablar de la depresión posparto y de forma sintética debemos hablar también, salvo por algunas características específicas que detallaremos a continuación, de un cuadro depresivo mayor. Es decir, nos encontramos ante un trastorno emocional que se caracteriza por alteraciones del humor, disminución del autoestima, insomnio, tristeza, inhibición… y repercute significativamente en el desarrollo normal de las actividades de la vida diaria.
Se denominará depresión posparto cuando el inicio y manifestación de estos síntomas tienen lugar dentro de las 4-6 semanas posteriores al parto.
Tabla de contenidos
La depresión posparto es aquel trastorno depresivo que tiene lugar en las semanas posteriores al parto. Debido a las circunstancias vitales en las que tiene lugar, es importante tener en cuenta que aparecen signos y síntomas específicos, como por ejemplo:
Hasta la fecha, son muchos los estudios que se han llevado a cabo para conocer cuáles son las causas de la depresión posparto, o más bien los factores predisponentes y/o de riesgo para el desarrollo de este síndrome.
Ya en 1983, autores como Stern y Kruckman establecieron diferentes factores de riesgo que suponían propios del mundo occidental y que giraban en torno al poco apoyo social percibido por parte de la madre. Aunque también hubo muchos otros autores que buscaron en el historial psicológico las causas o factores de riesgo para DPP sin llegar a una causa concreta.
Por esta razón, recientemente se llevó a cabo una reevaluación de los datos obtenidos que nos permitió concluir que las principales causas de la depresión posparto:
En cualquier caso, no podemos olvidar que otro aspecto importante a tener en cuenta en este caso es la diferencia cultural. Ser madre es vivido de forma diferente en cada una de las culturas existentes, por lo que se deben considerar sus prácticas tradicionales y habituales tanto para establecer un diagnóstico como para llevar a cabo una intervención eficaz.
No existen grandes diferencias entre la depresión que puede sufrir cualquier persona en algún momento de su ciclo vital con la que padece una mujer que acaba de ser madre.
La sintomatología frecuente en la depresión posparto será:
La diferencia entre el diagnóstico de depresión mayor y la depresión posparto radica en la relación de los síntomas depresivos con la situación externa que lo ocasiona. En el caso de la depresión posparto, el acontecimiento vital de haber sido madre. No se trata pues de una entidad diagnóstica independiente o diferente de un trastorno depresivo.
Por ello, toda esa sintomatología negativa es frecuente que giren en torno a ideas como «no voy a saber hacerlo», «no quiero saber nada de mi hijo/a», «no quiero verle», «no tendría que haber sido madre».
El fenómeno que conocemos como Baby blues hace referencia a un estado de labilidad y ambivalencia emocional por el que es bastante frecuente que pasen aquellas mujeres que han dado a luz recientemente.
Normalmente son síntomas de carácter leve como:
Presumiblemente tienen lugar debido al desajuste hormonal propio posterior a dar a luz y suelen desaparecer algunos días después del parto sin más tratamiento que la paciencia y el apoyo social de familiares y amigos.
La depresión posparto es un fenómeno relativamente frecuente.
En relación a la conocida como Baby blues debemos tener en cuenta que se tratan de los episodios más frecuentes que tienen lugar tras el parto.
En cuanto a la frecuencia de la depresión posparto nos sorprendería saber que es más común de lo que imaginamos.
La tasa de prevalencia se sitúa en torno al 10-15%, pero es sin embargo uno de los problemas menos diagnosticados y, en consecuencia, de los menos tratados.
La psicosis puerperal es una psicopatología que engloba las siguientes características:
Es una de las patologías menos frecuentes,caracterizada por una afectación del estado de ánimo más grave que la depresión posparto.
De forma general, se observa que la sintomatología aparece comúnmente entre las primeras 24-72h posteriores al parto y se desarrollan durante las 2 semanas siguientes.
Se trata de un diagnóstico cuyo pronóstico suele ser favorable y en muchos casos se produce una remisión completa de las manifestaciones clínicas, aunque se produce un incremento en el riesgo de desarrollar episodios similares en futuros periodos puerperales así como manifestaciones de Trastorno Bipolar en periodos no puerperales.
Existen factores de riesgo para desarrollar la depresión posparto. A través de diferentes estudios se ha podido observar que, además de otros interpersonales, el factor de riesgo común de forma generalizada es la falta de apoyo social.
Actualmente todavía existen numerosos estigmas y tabúes en torno a la maternidad. De forma general, en la mayoría de culturas y sociedades existentes, el hecho de convertirse en madre es sinónimo de felicidad y el miedo a ser juzgadas por darle voz a los componentes negativos de este acontecimiento, dificulta la expresión de algunos sentimientos y emociones negativas que no hacen sino facilitar la aparición de cuadros depresivos.
Si observamos algunos de los síntomas enumerados en puntos anteriores es importante que acudamos o consultemos a un psicólogo, sobre todo para evitar que se produzca la cronificación de los síntomas.
El tratamiento psicológico es el tratamiento de elección con eficacia probada en la depresión posparto.
Dependiendo de criterios cuantitativos, puede ser de elección la terapia farmacológica. En muchas ocasiones existe una resistencia materna a la terapia farmacológica (sobre todo en casos en los que se está practicando la lactancia materna).
En la mayor parte de los casos, la depresión posparto remite al encontrar apoyo psicológico en una figura con la que tiene permiso para hablar sobre sus emociones (incluyendo las difíciles y ambivalentes), con quien no solo no se sentirá juzgada, sino que encontrará la aceptación y validación de sus emociones y con quien además de empezar a trabajar en su recuperación, podrá tener la tranquilidad de saber que no está sola y que son muchas las madres que están viviendo una experiencia similar.
Como cualquier otro problema de Salud Mental, la depresión posparto es un cuadro clínico que puede ser tratado desde diferentes modelos terapéuticos.
Cuál será el más efectivo dependerá fundamentalmente de las características interpersonales de la persona a tratar así como del origen étnico y cultural de la misma.
En los últimos años se han desarrollado muchos estudios para establecer qué tratamiento psicológico es el más efectivo para estos casos y, aunque existen muchos y muy variados resultados al respecto, puede establecerse que es la Terapia Cognitivo-Conductual junto con componentes de Mindfulness, la combinación metodológica más efectiva hasta la fecha.
De forma complementaria, es necesario conocer los factores de orden personal que llevan a la depresión, sea esta una depresión mayor o depresión posparto asociada al momento vital.
Además de factores sociales y familiares, los factores personales representan una variable causante del trastorno depresivo, o al menos coadyuvante.
Los rasgos de personalidad de la mujer con características obsesivas o narcisistas aumenta la posibilidad de desarrollar la depresión posparto. Rasgos de personalidad como el perfeccionismo, regulación emocional a través de la excelencia en el maternaje y las autoexigencias, suponen un factor de riesgo a tomar en consideración.
En cuanto a lo que a la madre respecta, el problema principal derivado de la falta de tratamiento es principalmente la cronificación y agravamiento de los síntomas depresivos.
Extenderlos a lo largo del tiempo no hará sino dificultar su tratamiento. Si tenemos en cuenta también las posibles consecuencias en el recién nacido, podemos observar que la ausencia de intervención puede provocar:
La labor fundamental de familiares y amigos estará en el apoyo práctico y emocional que puedan ofrecer en un periodo tan delicado como el posparto. Es importante que se pongan esfuerzos en llevar a cabo una escucha activa, en la que no se emitan juicios y en la que la madre sienta que sus emociones y sentimientos son perfectamente válidos.
En caso de observarse por parte de los familiares y amigos la posibilidad de que se esté desarrollando una depresión posparto, la asertividad será nuestra mejor aliada para poner sobre la mesa la idea de buscar ayuda profesional.
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