Existen dos fases: una que reagrupa los fenómenos de excitación y la otra constituida por el orgasmo.
Esta fase viene determinada por estímulos psíquicos sensoriales y genitales. Esta primera fase de la respuesta femenina sólo es parcialmente visible por la lubricación. La mujer no está sensorialmente informada de las modificaciones del movimiento útero-vaginal que se producen, mientras que el hombre ve directamente la erección. Esta fase se compone de tres fenómenos más o menos simultáneos:
Por analogía con la erección masculina, se piensa que esta fase de lubricación-congestión depende del sistema parasimpático (una rama del sistema nervioso central). Este proceso es susceptible de sufrir influencias inhibidoras si se produce una activación de la rama del sistema nervioso central simpática. Es decir, ante una situación de ansiedad que la mujer experimente ante la situación sexual que está viviendo, este proceso de lubricación se detendrá.
Es el punto culminante de la excitación, los músculos perivaginales y perineales se contraen rítmicamente e involuntariamente. Simultáneamente a estas contracciones espasmódicas la mujer experimenta sensaciones de placer intenso en la vagina que se extienden a toda la pelvis. El útero también muestra contracciones pero la mujer es menos consciente de ellas.
La cuestión sobre si existían dos tipos de orgasmo ha dado lugar a muchos estudios, a muchas malas interpretaciones y a muchas frustraciones por parte de las mujeres, aún hoy en día.
Se piensa actualmente que NO EXISTEN DOS TIPOS DE ORGASMOS, sino que incluso si el orgasmo se produce durante el coito, es la estimulación del clítoris lo que realmente lleva a conseguirlo. Por analogía a lo que sucede con el hombre, se puede pensar que el orgasmo femenino viene determinado por un arco medular cuyo centro recibe aferencias sensitivas de toda la región vulvo-vaginal con un predominio de la parte clitorídea.
EL CLÍTORIS ES EL ÓRGANO SEXUAL FEMENINO POR EXCELENCIA
El glande del clítoris está situado donde se unen los labios menores por su parte superior y se esconde bajo un capuchón o prepucio, que es el equivalente al que existe en el pene. Es del tamaño de un guisante, de tejido eréctil semejante al de una esponja que se llena de sangre cuando la mujer se excita, lo que hace se vuelva más grande y se tense, en definitiva, es como la erección de un pene. A medida que se excita y el orgasmo se acerca, el glande gira 180 grados y se retrae. Los labios mayores y menores que lo rodean aumentan de tamaño y lo envuelven. Esto sucede para protegerlo de un contacto directo, puesto que se vuelve extremadamente sensible y puede ser molesto si se toca directamente.
Lo que normalmente llamamos clítoris es solo la parte visible pero además está compuesto por:
Cuando la mujer se excita, no solo entra en erección el glande del clítoris, también lo hacen sus raíces y bulbos. Cuanto mayor sea la excitación, más aumentan de tamaño y más posible es que el pene al entrar en la vagina los estimule.
Lo que produce el orgasmo es:
Los estudios diferentes estudios demuestran que 7 mujeres de cada 10 tienen orgasmo tras una estimulación directa del clítoris. La terapeuta e investigadora Helen Kaplan afirma que del 90% de las mujeres que llegan al orgasmo, solo la mitad o incluso menos, lo alcanzan mediante el coito sin una estimulación del clítoris. El doctor Seymour Fisher concluye que el 65% de las mujeres prefieren la estimulación del clítoris para la consecución del orgasmo. Shere Hite llega a conclusiones similares: más del 70% de las mujeres afirmaba no alcanzar el orgasmo mediante la penetración sin más, es decir, si a la vez no se estimulaba su clítoris.
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